lunes, 31 de octubre de 2016

XI MEDIO MARATON RIBEROS DEL TAJO


Recién llegados a Malpartida de Plasencia
Después del subidón del domingo anterior, tras haber terminado mi primera carrera en catorce meses, después de haber hecho 10 km. En un buen tiempo; después de todo eso, y con la euforia todavía en mi cuerpo, me inscribí para participar en la undécima edición del Medio Maratón Riberos del Tajo, que se celebraba al domingo siguiente.
Esta prueba no tenía previsto realizarse, debido a una serie de problemas, al parecer, con las ayudas económicas que la Mancomunidad parecía no quería dar, pero, al final, la ilusión de los organizadores, el apoyo de algunos patrocinadores y las ganas de que no desapareciese, llevó a que se realizara.
Durante la semana, entrenamientos, buenos a principios de semana, y según iban pasando los días, las dudas, los agobios, empezaban a surgir, en mi cuerpo, en mi cabeza. Ya me planteaba sino había sido demasiado decidido, por haberme lanzado a esta aventura tan pronto, con apenas dos meses seguidos de entrenamiento.
El sábado, la cabeza daba vueltas sobre el mismo asunto, si iba a participar, si no iba a ir. Rondando todo el santo día la misma obsesión. Por la tarde, desplazamiento con la familia a Talavera, y a ver la película de “UN MONSTRUO VIENE A VERME”, una gran película, con un gran mensaje.
Llegada a casa, a la cama, y me acosté con la decisión de no acudir, aunque poniendo el radio reloj. Suena el despertador y sigo firme en mi intención de no ir, no me encuentro preparado, al menos así lo considero yo, pero mi esposa dice que me vaya, que ya que me he inscrito que participe, que lo voy a pasar bien. Al final, a regañadientes, me marcho. Apenas llovía, pero daban mucha agua para esa mañana. Nos íbamos a mojar.

miércoles, 19 de octubre de 2016

VIII 10 KM. CIUDAD DE LA CERÁMICA


Tras recoger el dorsal, con los compañeros del Club
Pasaron 434 días. Más de catorce meses. Parece una condena, pero no, ha sido el tiempo que no me he puesto un dorsal, que no he competido, y es que desde el ya lejano 9 de agosto de 2015 hasta el pasado domingo, día 16 de octubre, ese es el número de días, el número de meses, en el que no participé en una prueba de competición.
Ha sido, sin duda alguna, toda una travesía en el desierto la que he vivido. Porque una vez corrí en Romangordo, ese 9 de agosto, empecé con problemas físicos, que me hacían correr, me hacían parar, y así fui descartando el participar en diversas pruebas, porque no me veía en las condiciones para enfrentarme a ellas.
Y cuando en el mes de diciembre parece que me voy entonando, llegó el fatídico 6 de diciembre, en el que me fracturé, en mi propia casa, el húmero derecho por tres partes, que conllevó al ingreso en el Hospital, donde hay que decir que me trataron fenomenal, intervención quirúrgica, y un largo período de rehabilitación, que hizo que hasta seis meses estuviera en blanco.
Cuando empiezo, con el verano acechando, empiezo bien, pero la rodilla izquierda me hace parar, alterno días que salgo, alguno corro, otro cojo la bici, pocos kilómetros, y molestias, hasta que se paran.
Empiezo mis vacaciones, y es el momento que marco para arrancar mis entrenamientos, mi preparación más intensa, y el primer día, con la bicicleta, sufro una caída, que me produce una contusión costal, que me hizo pararme otros quince días. Parecía el pupas. Y así puedo decir que a finales de agosto empiezo ya mis entrenamientos, muy pesado, muy lento, pero sigo insistiendo.
Empiezo a perder peso y a salir con más regularidad, y el aguante va siendo mayor, así que marqué el día 16 de octubre como el día de mi arranque en la competición, en Talavera, donde se celebra el Medio Maratón, en cuya prueba bajé por primera vez de la hora y media. Paralelamente se celebra una prueba de diez kilómetros. Siempre que he ido a la ciudad de la cerámica, siempre lo he hecho en la carrera de los veintiún kilómetros, pero esta vez decidí ser prudente, no arriesgar, y empezar con una prueba más asequible para mí.
Y los días antes parecía alguien novato en estas experiencias, porque los nervios atenazaban mis pensamientos, dudaba si podría haberme enfrentado al medio maratón, si conseguiría superar este reto.