viernes, 6 de enero de 2012

CARRERAS EN NAVIDAD

Terminó la tercera edición del Medio Maratón Valdehuncar – Navalmoral, en el que empleé tantas horas, en el que volqué tantos esfuerzos y tantas ilusiones deposité, junto a mi amigo Julián, y parece que valió la pena. Los agradecimientos y las enhorabuenas, que llegaron a nuestros oidos, a nuestras manos, hacen pensar que se ha trabajado bien.
Pero, como agua pasada no mueve molino, empecé a entrenar nuevamente, me hacía falta, llevaba una semana sin correr, sin poderlo hacer, y me lancé al asfalto, a los caminos, a soltar las piernas, y me hice dos días seguidos de entrenamientos, mejorando uno respecto del otro en tres minutos, y es que las ansias de correr parecían muchas. Pero luego, con las fiestas en el horizonte, hubo comidas, viajes, y así, con dos días de entrenamientos en dos semanas, me planté en el sábado, día de Nochebuena, por la mañana, en Almaraz, para celebrar la XIII EDICION DE LA CARRERA DE NAVIDAD, en la que ya llevo participando varios años seguidos, y con el buen recuerdo del año pasado, en el que conseguí subir al tercer puesto de mi categoría. Para mí, uno de los grandes éxitos de mi modesta carrera como corredor popular.Hasta allí fui buscando hacer una buena carrera. En cuanto vi el plantel de candidatos al triunfo que se presentaron, sabía que, esta vez, ni remontamente, había posibilidad de subir al podio. Había demasiados gallos para tan poco corral. Y es que la estructuración de las categorías hace que todos estemos concentrados en dos categorías de veteranos. Además, que coño, yo no corro por los trofeos, aunque, como dijo aquel “no hace falta, pero a uno le gusta”.

Pero para mí, lo mejor de la carrera, fueron las sensaciones con las que afronté la prueba. Siempre muy buenas, con buena cadencia de piernas, y, lo más importante, mejorando cada vuelta, algo determinante. Como siempre, al final, corredores a los que domino en distancias más largas, pero con mejor sprint que yo, me pasaron. Eso, como ya he explicado en otros artículos, es inevitable. Yo soy más diesel, los hay que saben aguantar mi ritmo, para después, al final, ganarme. Es otra de forma de correr, totalmente loable. A mí me gustaría tener un buen final, pero me consuelo con el nivel al que sigo corriendo, que jamás pensé tener cuando empecé en este mundo del atletismo popular, y que espero mantener. Al final, mi marca 14:31 minutos, dos segundos peor que el año pasado, es decir, practicamente igual. Y este año no me veo igual de fuerte que el anterior. Eso es bueno.
Una vez que acabé esta prueba, seguí con mis entrenamientos, y el domingo, día de Navidad, salí a media mañana y me “casqué” diecinueve kilometros y medio en menos de hora y media. Sigo encontrándome agusto, bien, no parece que note esa semana parado. El martes, me fui con mi amigo Güito, y el miercoles, me hice un entrenamiento a 4:23 minutos el kilómetro, muy fuerte, y con muy buenas sensaciones. El jueves, descanso, porque tuve que viajar para otro asunto que ya trascenderá, y el viernes, un nuevo entrenamiento, una hora de rodaje, sin mirar el reloj, y al final 13,400 kilometros.
Con todos estos entrenamientos, el Sábado por la tarde, día de Nochevieja, cita con la tradicional SAN SILVESTRE DE TALAVERA DE LA REINA, que este año cumplía su 29ª edición, mi sexta participación consecutiva; novedades en esta edición, con cambio en la zona de salida y meta, llevándola de la Avda. Juan Carlos I (frente al estadio de “El Prado”), a la zona de la Institución Ferial de Talavera. Bajo mi humilde punto de vista, un error, porque la zona anterior, es más centrica, y aglutina más personas alrededor. Pero, en fin, así son las cosas, y hasta allí tuvimos que ir, mi mujer, que también participaba, y yo. Después de luchar por encontrar un aparcamiento, que parecía imposible, conseguimos dejar el vehículo estacionado, en el último sitio del último lugar. Ya ibamos un poco pegados de tiempo. Al ser nueva toda la zona de salida, recogida de dorsales, y demás, tardé en dar con la oficina para recoger el “número” para correr. Lo conseguimos, saludos con conocidos, felicitaciones por estas fiestas. Y después, un poco de calentamiento, y allí en la zona de salida, vimos a un montón de gente que iba a correr disfrazada, como es tradicional. Y es que los hay que utilizan esta prueba para disfrutarla con sus amigos. Así los ves vestidos de mariquitas, de teléfonos móviles, de papa noel, de ratita, de cualquier cosa que te imagines. Ya nos vamos para la salida, pero, error, hemos tardado mucho en incorporarnos y no me situo como en otros años, así que veremos a ver qué pasa hoy.
No se oye el pistoletazo de salida, pero percibo que la gente se empieza a mover, pasamos por varios arcos, y en ninguno pone el cartelito de “SALIDA”, así que, cuando paso por debajo del que tiene el rótulo de “META”, y el cronómetro de la prueba, pongo en marcha mi reloj, y empiezo a correr, me escoro a la derecha, se estrecha la calle; hay una gran multitud de corredores, tengo que ir haciendo eses, hacia la derecha, hacia la izquierda, corredores agrupados que ocupan gran parte de la calzada. Hacen ralentizar el ritmo. Nos metemos en la Avda. de Juan Carlos I, tras atravesar la antigua Nacional V, y aquí se estrecha mucho más la carrera, ya que a la derecha están aparcados los vehículos, e impiden que la gente se pueda separar. Así que corres a tirones, unas veces rápido, otras veces lento. Y así sigo. Hasta que giramos a la Avda. Pio XII, una gran avenida, y empiezo a correr, pero por la derecha. Vaya carrerita que voy a hacer. Sigo adelantando gente. Pues si que he salido atrás. Ya abandonamos la Avenida de Pio XII, y nos ponemos a callejear para llegar a las dos principales arterias comerciales de la localidad, las calles de San Francisco y Trinidad. En este tramo coincido con un chico de trece años que corre a mi ritmo. Es increible. Pero más increible es lo que hace, cuando se da cuenta que le han adelantado dos o tres pega un tirón y se pone otra vez por delante. A mí me lo hace un par de veces. Cuando vamos a entrar en la Calle San Francisco, kilómetro 4 de la carrera, me pongo a su altura y le digo que regule que aún quedan dos kilómetros y pico, me dice que sí, y sigue haciendo lo mismo. En este transito, adelante a mi buen amigo Cesar Andrade, que ha salido mejor que yo, me ha costado más de cuatro mil metros pillarle. También adelanto a un atleto vestido de ratita, ¡¡¡qué mono!!!
Avanzo, salgo por la calle Trinidad, kilómetro 5, el crío ha desaparecido, lo estará pagando. Giramos a la derecha, por el Corte Inglés, buscando ya la meta. Cuando voy a cruzar por la antigua Nacional V, y así encarar la entrada del Ferial de Talavera, casi me llevo una mujer mayor que no atiende las indicaciones de la Policía Local. La esquivo como puedo y sigo hacia delante. Sigo adelantando gente, aunque ahora, lógicamente, menos que al principio. Y entro en la C/ Fernando de los Ríos, donde está instalada la meta, una larga recta, y aquí, sí, cada uno va corriendo por su lado, sin molestarse. Adelanto aún a alguno, y me adelanta, que yo contase, uno, pero prácticamente en la línea de meta. Miro el reloj de meta, 23:43, muy alto el tiempo, miro mi reloj, 23:03, el tiempo practicamente igual que el año pasado, porque este año el recorrido tenía más de seis kilómetros, concretamente ciento veinticinco metros más, como así nos confirmaron los organizadores. Puesto 198º de 1.631 corredoes. Mi mujer también compitió, constipada, pero acabó, su tiempo 33:17, su posición 1.047º.
En fin, una carrera para aprender varias cosas. La primera, y principal, que hay que llegar con más tiempo a la carrera. La segunda, que hay situarse mejor en la salida, lo cual ya sabía, pero el retraso trae estos problemas. La tercera, que me he encontrado muy fuerte, porque cada kilómetro mejoraba el ritmo del anterior, lo que me da una gran moral. Y la cuarta, y muy importante, es que la carrera se me ha hecho corta, no me he sentido agobiado, y eso me da una gran moral de cara a ir trabajando de cara a mi objetivo de esta primavera, el Maratón de Barcelona, fecha 25 de marzo de 2012, siempre y cuando el pie me deje. Unas veces me molesta y otras no.
La foto, mi participación en el Medio Maratón "Virgen de las Cruces", de Don Benito, en el año 2006.

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