jueves, 26 de abril de 2018

X MEDIO MARATON DE CORIA

Con Andrés, antes de empezar

Tras alcanzar el número ochenta, ahora viene seguir avanzando buscando la mítica cifra del centenar de pruebas de medio maratón. Y una nueva muesca la quería alcanzar en la décima edición del Medio Maratón de Coria, que se celebró el pasado sábado día 21 de abril, en la localidad cauriense. 
Esta prueba se celebra en esta ocasión, nuevamente, en sábado por la tarde, como ya ocurriera en sus primeros años, aunque siguen manteniendo su celebración en el mismo fin de semana del Maratón de Madrid, lo que, lógicamente, incide en su participación, que es más bien baja. 
En esta edición se cambió la zona de llegada y meta, llevándola de la original, en la Avenida Alfonso VII, cerca del Pabellón, a la Plaza de la Paz, más céntrica, quizás. Pero lo que no variaba, lo que hace distinta a esta prueba es la subida del Cubo, cuesta empedrada de apenas trescientos metros que, situada en el último kilómetro, termina por destrozar a todo corredor. 
Muchas dudas me asaltaban ante este evento, y es que los días anteriores, cuando salí, por la tarde a la misma hora en que iba a tener lugar la carrera, el calor hizo acto de presencia y me quedó bastante descolocado. El calor, para mí, es como una losa, que poco a poco, me va ganando psicológicamente, hasta que me hace parar, y aunque luego retomo el paso, lo cierto es que me hace llegar a casa con unas sensaciones muy muy negativas. 
El día empezó de forma intensa para mí, y es que a las ocho de la mañana estaba camino de Cáceres, para acompañar a los integrantes de la Escuela de Natación Piscis, club del que soy Presidente, que iban a tomar parte en una nueva jornada de la Liga de Natación de la Federación Extremeña. Y la mañana se vestía de agua, mucha lluvia en el viaje, y en toda la matinal en la capital provincial. Tras terminar la competición, cerca de la una y media, vuelta a casa, para comer y descansar un poco, antes de emprender, a las cuatro y media, el viaje a la capital del Alagón. El agua nos seguía acompañando. 

viernes, 13 de abril de 2018

XII MEDIO MARATON DE CACERES

C.D. NAVALMARATON EN CÁCERES

Hasta cuatro días antes, no pude decidir si iba a participar o no en la duodécima edición del Medio Maratón de Cáceres, que iba a suponer mi número 80. Y es que a estas alturas de temporada parezco el pupas. Tras Jaraiz, empecé con molestias en el piramidal, que algún día me hicieron quedarme en casa; después, unas inoportunas ampollas, por estar probando nuevas plantillas, me pararon otros cuatro días, y, para rematar, los primeros días de calor me cayeron como una losa, y me hicieron hacer unos entrenamientos, los últimos dos días, deprimentes. Aún así, y con estas condiciones, decidí inscribirme.
En esta ocasión, Cáceres presentaba nuevo circuito a una sola vuelta, sacando la carrera a zonas alejadas del centro de la ciudad, y llevándonos por el Parque del Príncipe. Para aquellos que no conocemos de la ciudad cacereña, más allá del centro, era una incógnita qué iba a suponer este circuito, y el domingo se desvelarían todas las dudas. Cambiaban, igualmente, la zona de meta, llevándola de Cánovas al Parque del Rodeo.
Al final, entre unas cosas y otras, una docena de atletas del club Navalmaraton, nos aprestamos a ir a la capital provincial, a una carrera, que era especial para mí, por el número que suponía para mi currículo. Los días de calor del jueves y viernes, pasaron a una mañana fresca, ideal para mí, aunque con algo de aire, que se dejó notar en algunos tramos.
Tras llegar a recoger los dorsales, en la mesa dispuesta en el interior del Parque de Cánovas, siempre escasa de personal, y con algunas lagunas importantes, recogimos la bolsa que nos regalaban, que llevaba una camiseta, negra, llena de publicidad, y un pañuelo-braga, de una entidad bancaria. Y se acabó.