Primera prueba de medio maraton de la temporada, y superada con relativo éxito. Y toda la relatividad se basa en lo que dura la prueba, en como uno lo pasa, y como en uno lo acaba.
La prueba se disputó en Talavera de la Reina, lugar donde, por primera vez, conseguí bajar de la hora y media, allá por el año 2004, la barrera que marca un éxito en el medio maratón, de cuando se habla de una marca de cierta entidad. La jornada se presentaba soleada, con una temperatura agradable, que invitaba a ir a correr.
Llegamos temprano, lo que posibilitó que tuviésemos tiempo para tomar un café, tras haber cogido el dorsal. Después de este receso, nos fuimos a cambiarnos, a prepararnos para el combate, para la carrera. Y ya, una vez preparados, partimos hacia la zona de salida, encontrándonos con amigos y compañeros de otras carreras, de otras participaciones, entre ellos los amigos del Lanchacabrera, Antonio Serradilla, de Cáceres, y otros conocidos. Iniciamos, así, el calentamiento, con pequeñas carreras, hablando con unos y otros.
Me aparto un momento para realizar los últimos estiramientos, para liberar el organismo, y ya cuando me quiero dar cuenta, está casi todo el mundo agolpado en la línea de salida. Como un explorador por la selva, me voy abriendo paso entre corredores y corredoras, buscando acercarme un poco más hacia la línea de salida, con la intención de no perder mucho tiempo cuando arranque la carrera.
Me sitúo cerca de Santi y Juan Carlos, y al momento cortan la cinta que separa unos metros al pelotón de la raya que marca la salida, y como un río nos desbordamos, para colocarnos más cerca aún, en peligroso equilibrio con la línea de salida. En ese momento es cuando dan el pistoletazo de salida, y todos a correr. Como no estoy muy cerca, me voy colocando según va avanzando la carrera, adelantando a algunos corredores, hasta llegar al primer giro de ciento ochenta grados, buscando el primer kilómetro, que paso en 4:08, no creo que mi ritmo sea más alto que este, ya que mi única intención es superar la carrera, cruzar la línea, y, si puede ser, terminar por debajo de los noventa minutos.