domingo, 5 de octubre de 2014

XXXII CARRERA POPULAR DE SAN MIGUEL

Calentando con los compañeros
Ya parece que las piernas se van adecuando, que voy llegando a los ritmos de pretéritas temporadas. Que todos los esfuerzos y penurias que pasé los primeros días tras la reincorporación al mundo del atletismo popular, el de salir a correr, a hacer kilómetros, esos kilómetros que me dejaban hundido física y psicológicamente, que me hacían pararme más de una vez, van quedando atrás.
Tras un fin de semana, el del 6 al 8 de septiembre, en el que llegué a plantearme si merecía la pena prepararse para participar en alguna carrera, si no sería mejor ir solo a correr, sin más, los días posteriores me fueron dando otra perspectiva, aquella en la que los ritmos iban saliendo, que un día sí y otro también, se iba mejorando, y que las piernas respondían a las exigencias.
Y así amaneció el sábado veinte de septiembre, con las dudas aún de si iba a participar o no en la Carrera de San Miguel de Navalmoral, que este año veía recortada su distancia a los 4.827 metros, tres millas, “tres millas moralas”, como vertía el cartel de la prueba. Y como no lo tenía claro, ni durante toda la semana, había realizado los entrenamientos sin tener en cuenta esa prueba, y hasta el mismo viernes me había metido un entrenamiento fuerte, de subidas y bajadas.
Pero ya, el sábado por la tarde, decidí acercarme a la carrera, a participar, y allí me encontré con varios compañeros del club, y con algunos amigos de otras localidades que venían a participar en esta prueba.
Así iniciamos el calentamiento, para conocer el circuito, al que íbamos a tener que dar tres vueltas. Ya habíamos sudado lo suficiente, y poco a poco fuimos acercándonos para la salida, donde unos sesenta corredores nos apostamos para salir. Tras un homenaje a nuestro querido amigo Valeriano, se dio la salida. Todos a correr.
Empiezo tranquilo, me pasan algunos corredores, yo sobrepaso a alguno que quizás ha salido demasiado fuerte, y observo que por delante mía se coloca mi hermano Agustín, Alberto Masa, Eloy y Santi, además de Jorge, que juega en otra liga, y que va a luchar por ganar la carrera.
Antes de empezar la carrera
Siento que las piernas responden en condiciones, que no las siento cargadas, pero tampoco me quiero exceder en el esfuerzo. Agu cada vez está mas cerca. Alberto frena, esperando a Maricruz, que viene por detrás de mí. Paso por la primera vuelta, y alcanzo a mi hermano, al que dejo con facilidad, quizás salió demasiado fuerte.
Ya estoy otra vez en la calle principal, y sigo cogiendo a algún que otro corredor, voy mejorando en cada zancada, adelanto a Miguel, de Romangordo, y a otros más, afrontando ya la tercera vuelta. La verdad es que estoy haciendo una buena carrera, con buenas sensaciones, me veo rápido y, lo más importante, observo que puedo dar aún más.
Voy buscando la tercera vuelta, a este ritmo voy a hacer una buena carrera. Me cruzo con los corredores que van acabando, Jorge va a ganar con facilidad, y a nosotros nos queda media vuelta. A pesar de ser la carrera a tres vueltas, hay también doblados.
Salgo a la calle principal buscando la iglesia de San Andrés, donde habrá que dar ese giro de ciento ochenta grados que te hace frenarte, y tener que arrancar fuertemente. Caen dos nuevos corredores, cada paso, cada zancada me da seguir avanzando, para ir creciendo en cada pisada. Me presto a lanzarme al último tramo de la carrera, calle peatonal, salida a la Cruz y llegada a la meta. 
Voy solo, por delante no creo que los coja, por detrás parece que tampoco me alcance nadie. Llego a la altura de la cruz, y oigo las zancadas de un contrincante, es Pedro, que me va a pegar una pasada en los últimos metros de muy señor mío. Ya me relajo, y entro en la meta. Al final 18:06, en realizar los 4,827 kilómetros que recoge como distancia la organización de la prueba, a un ritmo de 3:45, muy bien.
Desde luego, muy buenas sensaciones, muy contento por el resultado, mis piernas han respondido, mi cabeza también, todo se ha combinado y se ha conseguido culminar con un gran resultado.
Después, viene las salutaciones con los llegados, la enhorabuena al campeón, compañero del club, y a esperar a la entrega de trofeos, trofeos que quedan limitados a dos categorías en veteranos, A, hasta los 40 años, y B, desde los 40 años, y a partir de ahí se acabó todo, por lo que yo no pillaré nada, no podré hacer valer mi recién estrenada categoría Veterano C. Viendo los llegados, hubiese subido, pero no ha podido ser, qué le vamos a hacer.
Ahora ya, a partir de este momento, ha plantearme pruebas de más distancia, primero a Talavera, a por el Medio maratón, el primero en ocho meses, después Bilbao, turismo y carrera, y a partir de ese momento, planteamiento de cara a la gran empresa de la temporada, el Maratón de Sevilla, el 22 de febrero de 2015. Todo se irá andando, más bien corriendo. 

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