Después de dos años sin poder participar en San
Silvestres, después de varios avatares, acaecidos, este año decidí plantearme
un reto: afrontar el final del año atlético con dos pruebas en el mismo día,
una en Jaraiz de la Vera, por la mañana, y otra, por la tarde, en Talavera de
la Reina, así que vamos a ir desarrollándola de forma individualizada.
VIII SAN SILVESTRE DE JARAIZ DE
LA VERA
Con los compañeros de Club en Jaraiz |
Tras el desayuno, y prepararse
uno, marcho hacia la localidad verata, en una carretera que estaba ocupada por
la niebla, pero que al ir llegando a Jaraíz, esta fue desapareciendo, para
dejar una mañana soleada, pero fría, muy fría.
La llegada a la plaza, lleva al
ambiente de las carreras, gente agolpada ante las mesas de inscripciones,
saludos con los compañeros del club, que ya estaban por allí, con los amigos de
Lanchacabrera, y con aquellos con los que compartimos batallas atléticas.
Tras la foto de rigor del Club,
nos fuimos a dar una vuelta al circuito, que según la página de la
organización, tenía unos 1.900 metros, para llevar a 5.700 metros finales,
aunque la realidad fue menor.
El circuito es el mismo que se
prepara para la carrera de verano, con bajadas y subidas, y algunos tramos
llanos, un recorrido que se puede hacer exigente si se impone un ritmo alto.
En pleno esfuerzo |
Se da la salida, y todos a
correr, primera curva a la derecha, en descenso, salida a otra calle, que lleva
por un terreno más o menos llano, transitando por la Avda. Doctor Fleming,
hasta llegar a una zona de viviendas. En este tramo hay un curveo continuo,
giro a la izquierda, giro a la derecha, subida, giro a la derecha, camino de
tierra, trozo de repentina subida, llano, giro a la derecha, nuevo giro a la
izquierda, hasta salir a la calle Teodoro Herrero, que nos lleva, por un
pequeño tramo de tierra, a acceder a un pequeño callejón, en ángulo de 90º, de
apenas metro y medio de ancho, en el que tan solo se cabe de uno en uno,
saliendo a la calle Rincón, que nos lleva a la denominada Pedreros, que es en
subida, hasta la Iglesia de Santa María, giro a la C/ Herradores, que no lleva
a la Plaza Mayor, zona de meta, y así dos vueltas más.
Salgo a buen ritmo, no decrece,
tampoco me exijo mucho, pensando en que por la tarde tengo que realizar otra
carrera.
Llegando a la meta |
En la última vuelta me adelanta
Germán, de Lanchacabrera, y me mantiene la distancia, durante todo el trayecto.
Casi finalizando, al encarar la calle Herradores, que lleva a la Plaza Mayor,
me adelantan dos corredores más, pero ya no entro en la batalla, hay que
empezar a relajar.
Al final, llegada en 19:49, para
un circuito que, medido por internet, da un total de unos 4.600 metros, lo que
da una buena media. Puesto trigésimo de noventa y ocho llegados a meta.
Las sensaciones en esta carrera han
sido bastante buenas, he corrido bastante a gusto, no he notado una excesiva
exigencia, lo que me da algún margen de mejora.
Como la categoría de Veteranos A,
en la que me engloban, es desde los 35 años a los 50, es imposible subir al
podio.
Tras terminar y despedirme de los
compañeros y demás corredores, marcho para mi domicilio, porque por la tarde
hay nueva entrega.
XXXIV SAN SILVESTRE DE TALAVERA
DE LA REINA
Prueba esta que me gusta
bastante, recorrido de unos seis kilómetros, llana, con mucho ambiente, y a la
que suelo acudir con regularidad.
Este año participaban conmigo mi
mujer y mi hijo pequeño, Víctor, cada uno, lógicamente, con distintos
intereses.
En Talavera, tras recoger el dorsal |
Cuando faltaban apenas veinte
minutos, decidimos salir del vehículo, para, previo paso por los servicios,
irnos a la línea de salida.
Cuando llego a la zona de salida,
ya hay mucha gente colocada esperando a que den la salida, por lo que intento
adelantar todo lo posible para colocarme lo más cerca posible de la línea de
salida.
Me encuentro con gente que están
con sus hijos de muy corta edad muy adelante, lo que constituye un grave
peligro, porque a esa altura, los corredores salen a mucha velocidad, y puede
haber incidentes serios. Hay que recordar que somos más de dos mil los
corredores agolpados en la zona de salida.
Llega un momento en que mi intento
de avance finaliza. Ya me tengo que quedar donde estoy, un poco lejos del arco
de salida, y a mi lado hay tres chavales vestidos de calle, y con cazadoras,
que no llevan dorsal, se lo comento al de al lado, y me doy cuenta que él
tampoco lleva, “a saber dónde va el dinero del dorsal”, me contesta. Un crack. Le
respondo, si luego pasa algo no te puedes quejar.
Este sería un interesante debate,
si hubiera algún razonamiento serio enfrente, pero con esa contestación todo
intento de conversación finaliza. No hay más ciego que el que no quiere ver.
Dan la salida, y empieza la
carrera de acelerones y frenazos, porque intentas correr, y, de pronto, te
encuentras con gente que van a un ritmo muy lento, y te entorpecen el paso. La
gente deberíamos ser más conscientes de nuestras posibilidades, y no colocarnos
en lugares que perjudiquemos a aquellos que tengan otros intereses en la
carrera. Pero esta parece una guerra que no se va a ganar nunca, y comienza una
prueba donde solo va a haber adelantamientos. Y así es. Salimos a la Avda.
Francisco Aguirre, y empiezo a intentar buscar huecos para adelantar, y hasta
que no hacemos el giro de 180º no empiezo a correr con más soltura.
Llego al kilómetro 2, miro el
reloj, 8:33, a 4:17 el kilómetro y teniendo en cuenta el primer mil, va la cosa
muy bien.
Paso por el kilómetro 3, sigo
adelantando, miro el reloj 12:48, a 4:16 el kilómetro. Nos vamos encaminando
por la zona antigua de Talavera, por las calles más céntricas del municipio.
Busco el kilómetro 4, llegando a la Plaza del Reloj, calle San Francisco, no lo
veo, Calle Trinidad. Sigo adelantando a gente, a más y más corredores, y llego
al final de la calle Trinidad, kilómetro 5, miro el reloj, paso en 20:56, a
4:11 el kilómetro. Solo quedan mil metros de esfuerzo, aunque creo que la distancia
hasta la línea de meta es mayor que esa supuesta distancia que queda, salvo que
no hagamos el último giro. Ya veremos qué ocurre.
Sigo avanzando por la Avenida Pío
XII, alcanzo a corredores que, en principio, dada la distancia que me sacaban,
no pensaba alcanzarlos, pero eso demuestra que voy mejor de lo que esperaba.
Aparezco en la Avenida Juan
Carlos I, en la zona de contrameta. Y sigo adelantando a gente. Recta que se
hace larga, porque aún queda un giro de 180º, el de afrontar la línea de meta.
Sigo avanzando a buen ritmo, e, incluso, en este tramo, sigo adelantando más
gente. Pero a falta de escasos cincuenta metros, un chaval joven, me pega una
pasada por la izquierda que me queda clavado. El reloj de meta me dice que he
entrado en 27:13. Mi reloj habla de 26:29. Casi un minuto he tardado en cruzar
la línea de salida.
Cuando mido el recorrido en una
página de Internet, me da casi 6.400 metros que he realizado, por lo que he
corrido por debajo de 4:10 el kilómetro. Mirando la clasificación, finalizo en
el puesto 224 de la general, de un total de 1.933 atletas llegados con dorsal,
y que entran en la lista oficial. Bastantes los ha habido sin dorsal, que los
tenían que estar echando en la línea de llegada, para que no entraran. En fin,
allá cada uno.
Mi hijo Víctor, para ser su
primera carrera en mucho tiempo, y a pesar de haber estado constipado durante
la última semana, la hizo en un tiempo real de 36:47, y eso que estuvo con su
madre durante los tres primeros kilómetros, hasta que le dijo que se marchase.
Mi mujer, Mariví, acabó con un
tiempo de 41:06, suficiente para alguien que no ha entrenado prácticamente nada
en el último mes.
Al final, muy contento con mi
participación en Talavera, he tenido más fuerzas de las que yo esperaba, y he
podido completar el reto de forma satisfactoria.
Ahora, a empezar a preparar la
temporada de Medios Maratones, teniendo en mente la primera la de Malpartida de
Cáceres, la de Los Barruecos, para luego seguir con Plasencia, seguramente
Mérida, y después iremos viendo. Espero alcanzar en lo que resta de temporada
el número de 70 medios maratones.
Como he cogido la costumbre, no voy a dejarla, aquí os dejo el enlace a una de las canciones de los grupos que suelo escuchar cuando corro, en este caso una de MAGO DE OZ, titulada FIESTA PAGANA.
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