Lanchacabrera y Navalmaraton |
Tras el bajón por el resultado, inesperado, del Medio Maratón de Badajoz, y debido al cansancio que arrastraba, bien fuera físico, bien fuera mental, lo cierto es que decidí “obsequiarme” cinco días de descanso.
Y así estuve, sin correr, sin
entrenar, hasta el sábado, que participé en la octava edición del CROSS POPULAR
DEL CAMINO DE LA ERMITA DE LA DEHESA, que organizan los amigos, y mejores
personas, del C.D. Lanchacabrera, de Jaraiz de la Vera.
Dada la gran amistad que me une
con ellos, es una prueba fija en mi calendario anual, y solo he faltado en
momentos puntuales. Y este año, iba a acudir nuevamente.
Pero la mañana invitaba a
cualquier cosa menos ir a correr, y es que un viento, bastante fuerte, hacía
que la jornada fuera desapacible, aún cuando el sol estaba en lo alto. Y si a
esto unimos que la noche anterior había caído bastante cantidad de agua, el
circuito iba a estar para pocas florituras, y es que el paso por la Finca
Valdepasil iba a estar bastante difícil.
Este año, además, esta prueba
contaba con el aliciente, uno más, de que nuestro amigo y compañero ANTONIO
SERRADILLA, era nombrado el padrino de la prueba, sin duda alguna, un gran
reconocimiento para una persona que vive por y para el atletismo popular, y
solo deja amigos allí donde va.
Así que nos fuimos el Sr.
Serradilla y yo para la población verata, acompañado de su hija, Natalia, fiel
seguidora. Allí nos estaba esperando Antonio Pintado, que tras un período de
inactividad por lesión, se volvía a enfundar la camiseta roja. Una gran
noticia.
También nos estaba esperando el
local Rubén, quien iba a correr, los últimos kilómetros, con su perra Daisy, y
es que Rubén es un gran aficionado de las carreras de canicross, modalidad
deportiva de atleta y perro.