viernes, 21 de diciembre de 2012

I CARRERA OID POR LA IGUALDAD (02/12/2012)


Entrando en meta
Una nueva carrera, una nueva oportunidad para poner a prueba las piernas. Esta vez, una carrera de 10 km., homologada, en Talavera de la Reina. Llevada a cabo por la Organización Impulsora de Discapacitados (OID), y era el día 2 de diciembre, día del cumpleaños de mi hijo.
Los días anteriores fueron fríos, pero el domingo por la mañana, no hacía frío, era lo siguiente, gélido, con una marea que invitaba a quedarse en casa, pero para allá fuimos.
Un poco tarde, eso sí, porque el que esto escribe se levantó con la hora pegada. A mí casa fueron a buscarme Juli, Miguel Gamonal y Houssane, que a la postre iban a ser protagonistas de la carrera. Y yo, acompañando.
Llegamos a Talavera, la verdad es con un frío del carajo, las pocas ganas que hubiera de correr se iban por el frío.
Allí vimos a gente con pasamontañas, bragas en el cuello, guantes, mangas largas, mallas largas, toda una parafernalia para el frío. Pero también estaban aquellos que corrían con calzones y tirantes, sin más, a pelo. Nos fuimos saludando con algunos de los conocidos de otras carreras, y aprovechamos para dejar algún cartel y triptico de nuestra carrera.
Y en este día decidí que iba a correr con mallas cortas, en vez de calzonas, así evitaba un excesivo frío en los aductores, que podría dar algún riesgo de lesión.
Ya nos fuimos acercando a la salida, y allí estaba el speaker, el animador, que más que nunca nos insuflaba ánimos para la carrera, y tras las presentaciones, pistoletazo de salida.

Todos corriendo a buscar el sitio, y empieza la fila. El frío se mete en el cuerpo, zonas de sombra, que no te permiten entrar en calor. Paso por el primer kilometro, mirada al reloj, 3:55 el primer kilómetro, si toda la carrera fuera así, una buena marca.
Delante de mí unos corredores con camiseta amarilla, que no había visto en mi vida, me acerco a ellos, AT. SAN PABLO, ya tengo gente para hacerles publicidad de nuestro medio maratón. Pero vamos en carrera.
Giramos antes de entrar en la calle peatonal, y nos vamos buscando la calle paralela al  río. Poco ambiente en las calles, mucho frío, seguimos corriendo, adelanto, me adelantan.
Y ya vamos avanzando, cuando en un momento se ve que viene de vuelta Houssane, va a hacer el cinco mil y se nota, va lanzado, detrás viene Gamonal, que va a por el diez mil, y detrás se ve a gente que se va quedando lejos de estos dos corredores. Voy contando el puesto en el que voy y veo que me encuentro en el lugar 78, pero de todos los corredores, tanto de cinco como de diez mil metros. Detrás vienen muchos más.
Giramos la curva de ciento ochenta grados, y de ahí hacia el puente de hierro. Le pasamos, y una curva cerrada, y tras ésta una bajada algo pronunciada que te lleva a un asfalto con piso irregular hacia el puente romano, una ligera cuesta arriba, que te hace frenar un poco el ritmo; desde luego en este tramo se pierde más que se gana, la cuesta abajo y después para arriba.
De allí, vamos buscando la salida, que luego será la meta, entrando en el recinto ferial, donde está la meta, y final de la primera vuelta, una larga recta; y se oye al speaker, “20 minutos en estos momentos”, yo estoy un poco lejos, concretamente paso 17 segundos después. En fin, que se le va a hacer, vamos a ver si soy capaz en la segunda vuelta de bajar ese tiempo, y me acerco más a los cuarenta minutos.
Con un trío de campeones
Pasamos por la meta, y ya se quedan varios corredores, son los del cinco mil, solo quedamos los que vamos a completar las dos vueltas. Ahora se clarifica un poco toda la carrera, ya hay más espacios, ya vamos más solos. Delante de mi hay un grupo de corredores, estoy bastante cerca de ellos, van a ser mi referencia en esta segunda vuelta.
Avanzamos por la ribera del río, y en la contravuelta, veo a Carlos, el de Carmolamp, me saluda, va por delante de mí, voy a ver si soy capaz de cogerlo. Cuando hago el giro, adelanto a todo el grupo, parece que tengo fuerzas, pero me voy a retener un poco, no hay más de diez segundos entre Carlos y yo, creo que caerá, ya que aún faltan dos kilómetros y medio.
Entramos en el puente de hierro, sigue delante, salimos del mismo, y encaramos la bajada, no la hago bien, pero sigo, adelanto a algún corredor cuyo ritmo flaquea más, y accedemos al puente romano. Está cerca, seguimos adelantando corredores, pero no me acerco más a Carlos. Salimos a la calle otra vez, y le tengo más cerca que nunca, ahora sí que sí, tiene que caer.
Giramos a la derecha, buscando el recinto ferial, y cuando entramos, cambia y yo ya no puedo, mis piernas ya se rinden.
Al fondo el animador dice que ya están los cuarenta minutos, otro diez mil en que no voy a poder bajar de la mítica barrera. Y ya, para rematar la faena, me adelanta uno por la derecha, y se interpone en la meta entre Carlos y yo. Al final 40:40, no ha sido lo que yo esperaba. Me siento mal, el cuerpo da malas sensaciones.
Enseguida me abrigo, me voy a cambiar, y sigo haciendo publicidad del medio maratón con algunos corredores con los que me encuentro, una ducha y como nuevo. Tras esto, marcho para la zona de entrega de trofeos, ya que Miguel, como vencedor del diez mil, Houssane, como claro ganador del cinco mil, y Juli, como vencedor de su categoría, Veterano B, han conseguido preseas, concretamente una medalla de cerámica.
Después de varias fotos, y observar como Miguel Angel Gamonal está más reconocido fuera de Navalmoral que en el pueblo, porque todos quieren hacerse fotos con él, saludarle, nos vamos a tomar un café para matar un poco el frío que aún tenemos en los huesos.
Pero mi mejor carrera fueron los tres días siguientes, un gripazo del once, con temblores, fiebres, y un cuerpo baldado para toda la semana. El domingo salí un poco a correr, y las piernas hasta me temblaban.
Me tengo que recuperar que viene el Medio Maratón, no le voy a correr, pero no sé si es peor correr que organizar, yo creo que lo segundo.

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