Habéis dejado que se arruinen miles de
empresarios, que empresas con solera y con antigüedad, hayan echado el cierre,
y tengan que despedir a todos sus trabajadores.
Habéis hecho que tengamos que mantener
a todos los bancos, con dinero público a espuertas, cuando han sido los que han
endeudado al pueblo para y por siempre y que, además, han cerrado el crédito.
Habéis destrozado todo el estado de
bienestar, cerrando hospitales, geriátricos, cobrando a los niños por utilizar los
comedores sociales, y habéis cometido una y mil tropelías. No importa si se
mueren viejos en soledad, sin asistencia, que una persona tenga que abonar su
traslado en ambulancia para que le hagan un tratamiento; qué importa si la
operación quirúrgica se demora seis meses, lo importante es ayudar a toda esa
panda de usureros, y allanar el camino hacia las privatizaciones.
Habéis permitido que se hayan quedado
con todos los ahorros de cientos de personas, mayores, sin cultura, haciéndoles
creer que su dinero iba a un fondo fijo, cuando realmente los estaban metiendo
en unos productos llamados Preferentes, y ahora nadie quiere saber nada de
ellos.
Habéis permitido que los gestores que
han arruinado los bancos y las cajas de ahorro de este país, se vayan de
rositas, con indemnizaciones multimillonarias, insultantes, pagadas, y eso es
lo más lamentable, con dinero público.
Habéis destrozado la vida de un montón
de trabajadores que estaban sirviendo al público, en organismos, estamentos,
empresas, de carácter público, echándolos sin miramiento a la calle, todo para
lucrar a vuestros amigos y contactos a través de las privatizaciones.
Habéis cortado, más bien habéis negado
el derecho a la Justicia, a millones de ciudadanos, que no podrán costearse la
defensa de sus legítimos derechos, porque habéis creado una justicia elitista.
Y ahora habéis iniciado el mayor
ataque al funcionariado; porque, no contentos con haberles reducido el sueldo
hace un tiempo el 5%, decidisteis quitarles la paga extra, para salvar el país;
pero, con lo que os habéis ahorrado, ¿qué vais a hacer?, ¿ayudar a los mayores,
a los dependientes?, que va, eso es tirar el dinero, habrá que dárselo, otra
vez, a los bancos, porque están muy necesitados.
Pero claro, en este punto hay que
recordar a todo el mundo, que mientras a los funcionarios, a los empleados
públicos, les habéis quitado la paga extra, todos aquellos cargos públicos que
cobran del erario público, dinero en forma de sueldo, no les ha sido negado
este derecho mediante decreto, y la han cobrado. Hay que tener poca vergüenza.
Sólo algunos, con algo de conciencia, han renunciado a la misma, pero han sido
muy pocos.
Habéis quitado a una gran cantidad de
trabajadores el derecho a disfrutar de su merecida recompensa por el trabajo de
todo un año, sumiéndolos en la mayor de las tristezas, haciendo que sus
navidades hayan sido para no olvidar, igualando a todo el pueblo por lo bajo.
Gracias a esta decisión, los
comerciantes han sufrido, aún más, un mayor rigor en sus maltrechas cuentas, y
algunos, que esperaron esta temporada como una forma de cuadrar sus resultados,
ahora se encontrarán con el motivo principal para echar el cierre. Porque
comercios, restaurantes, salas de fiestas y establecimientos similares han
observado, con tristeza, con desazón, que sus ingresos han disminuido considerablemente.
Habéis decidido reducir los días de
asuntos propios, vendiendo que era un privilegio que tenían los empleados
públicos; pues no, eso no es verdad, porque esos seis días de libre
disposición, que disfrutaban, se los dio el Estado, como forma de pago para no
tener que abonarles la pérdida de poder adquisitivo de varios años, que era la
nada despreciable cantidad del 15% de pérdida de dinero, eso era y es la
verdad, y eso no lo contáis.
Habéis aumentado la jornada laboral de
los empleados públicos, cercenando con ello la posibilidad de que los
trabajadores privados reduzcan la suya, aprobando, igualmente, la posibilidad
de hacer la jornada partida, actuando en contra de cualquier criterio de
ahorro, con el único ánimo de perjudicar a los trabajadores, de atentar contra
su vida familiar, esa que parece que quien toma esta decisión no tiene.
Porque sí, ahora vuestro punto de mira
está en el funcionario, el profesional público, el que vela porque los
servicios se ofrezcan con garantías, con esmero. Pero, claro, se han convertido
en un problema, porque son aquellos que os dicen lo que NO se puede hacer, y os
indican cómo se debe llevar a cabo; no viene bien que os llamen la atención,
porque creéis disponer de todo el poder, por haber sido elegidos por el pueblo;
si al pueblo le preguntan hoy, quizás la respuesta sea otra.
Pero para eso faltan agallas, para
enfrentarse al pueblo, cara a cara, y por eso, escondidos en vuestros palacetes, en vuestros
edificios, protegidos por la fuerza pública, esa que pagamos entre todos, y que
solo sirve, cada vez más, para defenderos a vosotros, la utilizáis para atacar
a los ciudadanos que tienen, oh, la osadía de manifestar su desacuerdo con las,
cada vez más, arbitrarias medidas que disponéis.
Pero que siga así la cosa, porque esos
cuerpos que os amparan y defienden, empiezan a estar hartos de sufrir los
mismos recortes que el resto del pueblo, con la moral bastante minada, ya que
también son funcionarios y están siendo tratados igual o peor que el resto de
sus compañeros, pronto se dará la vuelta.
Pero, claro, mientras tanto, vuestros
hijos, vuestras familias sí han podido disfrutar de estas fiestas con holgura, con
dinero suficiente en los bolsillos, pudiendo ir a los restaurantes a festejar y
comer, han podido gastar en comprar regalos para sus amigos y familiares,
convirtiéndoos en una casta especial, única, con calificativos que no por
repetidos, dejan de ser verdad.
Es triste, es lamentable, que mientras
las familias, los trabajadores, cada vez sufren más por mantener sus puestos de
trabajo, por llegar a fin de mes, por poder hacer frente a los pagos, hay un
grupo de personas que está por encima de todos estos problemas, viviendo en una
burbuja, a costa de todo el pueblo, en otro mundo, ajeno a la situación del país,
gastando y dilapidando sin escrúpulos.
Que lo disfrutéis.
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