C.D. Navalmaratón, antes de empezar la carrera |
Con
las piernas algo resentidas del día anterior que, aunque es cierto, no fue una
carrera en la que me entregara totalmente, siempre vas a un ritmo superior de
lo que lo harías entrenando y siempre deja algo de huellas, sumado, además, al
hecho que la carrera del día anterior fue por la tarde, acrecentándose con la
circunstancia que dicha prueba tuvo un perfil exigente, y ésta iba a ser por la
mañana, me enfrentaba a una nueva carrera, en este caso en la localidad de
Peraleda de la Mata, a la que últimamente no suelo faltar, y en la que suelo
subir al cajón en mi categoría. Así que pocas horas para descansar y recuperar.
Me
levanté, desayuné lo de costumbre, porque no hago probaturas, y me fui con mi
mujer, a buscar al amigo Alberto Piedra, para ir a correr la prueba. Alberto,
se convertiría en protagonista de la carrera. La mañana, despejada, al
principio fresca, fue tornándose en calurosa, con carga de humedad.
Tras
inscribirnos la amiga Patricia que colaboraba en la prueba, fuimos a ponernos
el traje de faena, y como un cicerone, fui a enseñar el circuito a Alberto, a
Fran, y a alguno más, ya que el mismo había variado el año pasado con respecto
a ediciones anteriores. Ahí, nos fuimos dando cuenta que el calor estaría
presente en la carrera, en un circuito con poco resguardo del astro rey.
Al
llegar a la plaza, ya estaban algunos compañeros más del Navalmaratón: Antonio
Serradilla, Eloy, Fernando Pajares, Javi Moreno, que junto con el que esto
escribe, Fran, Javier Rodríguez y Alberto, sumamos una buena nómina de miembros
del club. En la plaza estaba el compañero Juan Carlos Alonso con su vástago. Y
es que Juan Carlos es originario de esta localidad. Estaba vestido de calle,
porque había estado de despedida de soltero y no iba a participar. Empezamos a
hacernos alguna foto, y volvimos a calentar un poco más. Al instante, nos
llamaron para irnos a la línea de salida. Y cuando estábamos todos allí, a mi
lado me di cuenta que estaba Juan Carlos Alonso, vestido de corto, para
competir. Al final, le entró el gusanillo; se iba a convertir en un buen
compañero de fatigas para la carrera.
En plena carrera, con Juan Carlos |
Tras
las explicaciones de los organizadores, se da el bocinazo de salida y todos a
correr. Por delante, salen dos corredores desconocidos, con Alberto, detrás de
ellos. Dionisio, por detrás, y a su lado yo. Giramos la iglesia, una pequeña
rampa y a partir de ahí comienza el descenso. Giro de casi 180º y salida a la
carretera. La carrera se empieza a estirar. Me pasa Antonio, se quedan a mi
lado Miguel, de Romangordo, y Juan Carlos Alonso. En plena recta, veo como
Alberto pasa a dominar la prueba, se le ve fino, va lanzado, el que lleva el
traje de triatlón detrás, después dos corredores del C.A. Almaraz, luego otros
dos corredores más, Antonio, Dionisio, y después nosotros tres. Así está
planteada la carrera. No pierdo de vista la referencia de Dionisio, pero no me
lanzo a por él, porque el segundo tramo de la carrera es un poco en pendiente,
y ahí podría pagar el esfuerzo.
Ya
estamos en el tramo que pica, suavemente, para arriba. La carrera sigue en ese
ritmo, pego algún pequeño tirón, me voy, me cogen. Giro a la izquierda,
dirección al cementerio, Miguel se va un poco por delante, cuando pasamos por
el camposanto, pero en la entrada al tramo de tierra, le vuelvo a coger, y
salimos juntos, con Juan Carlos al lado, al tramo de asfalto, una ligera
subida, en la que lo hago bien, una nueva bajada, hasta la rotonda, y desde ahí
el tramo más incómodo para mí, unos trescientos metros, en el que el asfalto
cambia en varias ocasiones, y que hay que subir. No obstante, subo bien, y sigo
hacia delante. Miguel nos precede, y cruzo el arco que marca la primera vuelta
con Juan Carlos a mi lado.
Ya
nos encaminamos a por la segunda y última vuelta. Juan Carlos y yo juntos,
Miguel delante. Rodeamos la iglesia, comienza la pequeña rampa, cuando finaliza
la calle mirando en sentido descendente, Miguel se empieza a quedar. Antes de
llegar al giro, mi compañero Juan Carlos se va quedando. A partir de ahí decido
que ya no tengo que parar, Dionisio sigue delante, parece que está cerca, me
costará alcanzarle, pero no perderle de vista será mi guía durante la carrera.
En el podio |
Empieza
el descenso, y ya estoy yo, me sigo tirando hacia delante, no soy capaz de
pillar al amigo Torralvo, pero tampoco se va, le hago mirar para atrás, al
menos, estoy más cerca que en las últimas carreras que hemos compartido. Voy
mejorando mi estado de forma.
La
subida hasta el cementerio la hago a buen ritmo, no veo a nadie que me
inquiete, Miguel parece lejos. Llego a la altura de la puerta, giro a la
derecha, salida al camino de tierra, y al volver la mirada observo que Miguel
está bastante más cerca de lo que yo creía, me puede llegar a coger, tengo que evitarlo,
hay que darlo todo. La curva para salir al asfalto se me hace un poco dura,
pero enseguida me recompongo, y afronto el final.
Cuando
empieza la cuesta que me llevará hasta la meta, están Juli y Miguel Gamonal con
las bicicletas, animando a los corredores; les pregunto si saco mucho a mi
perseguidor, me dicen que ya está hecho. Ahora no desfallezco, sigo corriendo,
buscando la meta, los primeros aplausos se oyen.
Ya
no hay problemas, estoy llegando a la meta, me santiguo, le dedico la carrera,
como todas, a mi padre, y cruzo la meta. Tiempo final, 21:15, veinticinco
segundos menos que el año pasado, esto quiere decir que he corrido a 3:55 el
kilómetro, lo cual está muy, muy bien, y parece demostrar que este año lo
afronto con mejores sensaciones que el pasado.
De
hecho los entrenamientos me están saliendo ya muy bien, voy con otra
predisposición a correr, y he bajado el peso, lo cual es verdaderamente
importante para mí. Espero que la temporada siga por el mismo derrotero y pueda
conseguir mis objetivos de esta temporada.
Con los amigos, al final de la carrera |
La
próxima carrera, no está clara, tengo que buscar alguna, para finales de este
mes, a la espera del Medio Maratón de Talavera, que se celebrará, finalmente,
tras varios dimes y diretes, tras la incertidumbre que acechaba sobre su
celebración, el día trece de octubre. Ahí comenzará mi temporada de Medios
Maratones.
En
cuanto a esta prueba, decir que el amigo Alberto Piedra, demostró su excelente
estado de forma, ganando la carrera; y que Antonio Serradilla, quedó primero de
la categoría Veterano C, que yo quedé tercero en la de Veterano D, y que Juan
Carlos Alonso, quedó segundo en la categoría de Absoluta. Así que, cuatro
categorías, cuatro trofeos, a los que hay sumar el segundo puesto de mi mujer
en la categoría de Veteranas, y el triunfo de la hija de Fran, Blanca, en la
categoría de prebenjamines. Desde luego una gran mañana, en una carrera, bien
organizada, y con un buen ambiente.
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