domingo, 16 de julio de 2017

V CARRERA POPULAR DE JARAIZ DE LA VERA

Los compañeros, antes de empezar
El pasado viernes 7 de julio, San Fermín, puse el punto y final ¿o no? a esta temporada 2016/2017, importante para mí, que ha significado el volver a vestirme de corto, a calzarme unas zapatillas y poder enfrentarme a las carreras populares, al medio maratón, a compartir con otros amigos, a conocer más gente, en este maravilloso mundo del atletismo popular.
Y decidí asistir a la V CARRERA POPULAR DE SAN CRISTOBAL, que tenía lugar en la localidad de Jaraiz de la Vera, población especial, por el gran vínculo que tengo con tantas y tantas personas, en este pueblo, grandes amigos, excelentes personas.
Convencí, aunque es cierto que me costó poco, para que acudieran conmigo a algunos compañeros del club, y hasta allí nos desplazamos un total de seis, las féminas Ana y Lucía, y los chicos Alvaro, Rubén, Santi y yo. Media docena de integrantes de la marea roja, que nos hicimos notar.
En plena faena
La tarde se presentaba propicia para correr, porque la temperatura no era muy alta, y es que la semana había sido benigna, y si a esto unimos que era en una localidad de La Vera, siempre con temperaturas más placenteras, y casi sin sol, pues mejor que mejor. Llegamos, muy pronto, así que nos dio tiempo a inscribirnos con tranquilidad, a tomar un refrigerio antes de ponernos los trajes, e ir a reconocer el circuito por el que se iba a desarrollar la prueba. Yo ya lo conocía de hacía dos años, cuando participé por última vez, aunque tras verlo, resultó ser el mismo que hicimos en la San Silvestre, por lo que, al menos para mí, no resultó ninguna sorpresa, siendo la carrera, incluso, un poco más corta de lo que se había vendido, puesto que un tramo por camino que se hace en esta carrera de verano estaba cortado por vallas.
Un par de momentos exigentes, y bastantes curvas es lo que encierra este circuito, pero que es de los más asequibles de todo el Circuito Popular.

Buscando la última vuelta
Poco a poco, las carreras de las categorías inferiores se van terminando, y se va acercando el momento de salir al ruedo. Y llega la hora, nos vamos congregando los participantes junto al arco de salida, en pleno corazón de la Plaza Mayor de la localidad. Los favoritos, los que van a salir más deprisa se colocan en primera línea. Yo me coloco en tercera o cuarta línea. Se da la salida y todos a correr. Nada más salir, en menos de veinte metros, hay una curva de 180 grados, sobre la misma salida, para encarar la calle Vargas, en bajada, el pelotón se empieza a estirar poco a poco, las piernas van bien, la cabeza mejor. Seguimos bajando, curva a la derecha, terreno llano, para ir saliendo al Parque de Los Bolos. En este tramo, veo por delante al gran Antonio Mohedano, que a sus 71 años aún sigue dejando atrás a mucha gente. Cuando estamos por la Avenida Doctor Fleming, adelanto a Antonio, y veo que Dionisio, como una moto, me adelanta por la izquierda. Alvaro se ha colocado a mi lado, dice que va a intentar aguantar toda la carrera conmigo.
Nos adentramos en una zona de tramos cortos de calle, que suelen mirar hacia arriba, con poca pendiente, pero que rompen el ritmo que uno lleva. Tras estos vericuetos, salimos a un trozo de calle que está en tierra, y nos lleva a la calle Rivero, donde una cuesta de apenas cincuenta/sesenta metros te deja clavado, debido a la gran pendiente que encierra en su corto recorrido. Una vez se salva, las piernas parecen volver a su sino. Álvaro en estos tramos se desenvuelve mejor que yo, pero en el llano y en los descensos me acerco a él, y volvemos a ir juntos. Dejamos las últimas unifamiliares de esta zona y giramos a la izquierda, para entrar por la calle Rincón, un espacio entre dos casas, de algo más de un metro de ancho, que nos llevará a esta calle, que nos llevará en descenso, hasta la última, y más larga subida de la carrera. Es esta una zona un poco complicada, porque hay niños, y alguna persona mayor que está casi en el medio, porque no hay espacio apenas.
Delante de mí van dos corredores que van juntos, y otros dos que van por separado, a los que doy alcance. Subimos por la calle Pedreros, y alcanzo a algún que otro corredor. Vamos a por la segunda vuelta, tras llegar a la Iglesia y girar por la calle Herradores, con destino a la Plaza Mayor. Cojo un vaso de agua, pero no acierto a beber nada, porque el líquido elemento salió volando.
Llegando a la meta
En el segundo giro, la calzada está más despejada, vamos más solos cada corredor. Álvaro y yo seguimos igual, juntos, bajamos, giramos a la izquierda, salimos al Parque de Los Bolos, y la pareja está por delante. Entramos en la zona de pequeñas subidas, y lo hago mejor que la primera vuelta, al menos las sensaciones son de mayor poderío. Antes de llegar a la calle estrecha, Álvaro cede, y ya me marcho para delante. Cuando salimos a la larga subida, uno de los dos chicos que va delante de mí, se para por un problema en la zapatilla. Yo no paro, es el momento de seguir. Pero antes de culminar la subida, me vuelven a alcanzar. En la calle Herradores, me vuelvo a poner por delante de ellos, y paso por la segunda vuelta, buscando el final de la carrera. Hay que darlo todo.
Sigo peleando con mis sensaciones, que siguen siendo buenas, voy fácil, mejor de lo que yo esperaba. Sigo corriendo. Veo que me quedo solo, que por delante no veo a nadie. No es el momento de mirar hacia atrás, hay que correr y punto. Afronto con mejor ánimo las subidas, giro las viviendas unifamiliares, salgo a la calle estrecha, y en ese momento, un  chico con una camiseta roja me alcanza, y en la zona de subida, me saca unos metros, que no son muchos, intentaré alcanzarle. Llegamos a la calle Herradores, últimos metros, se gira y al verme cerca dan un último estirón al que ya no respondo. Llego a la plaza, giro hacia el arco de llegada, beso al cielo y final de la carrera. Tiempo final 19:12, en un circuito de unos 4.200 metros. He mejorado en 37 segundos con respecto a la San Silvestre, sobre el mismo circuito, sin duda alguna, una gran mejoría. Puesto 28º de sesenta y tres llegados a meta.
C.D. Navalmaraton, tras terminar la carrera
Tras terminar, van llegando Álvaro, Santi, Rubén y Lucía que lo hacen juntos, y cierra Ana, que ha tenido un problema en la segunda vuelta en el pie, y ha tenido que pararse un momento. La gran alegría llega para el club, con el segundo puesto de Lucía en la categoría absoluta, mientras que Ana se conforma con el cuarto lugar en la misma categoría, sin duda alguna, lastrada por ese problema físico, porque iba por delante, pero así es este mundo de las carreras, hay muchos elementos que uno no puede controlar.
Tras recoger el trofeo de Lucía, el grupo nos quedamos a tomarnos unas cervezas en la localidad, prologándose el momento hasta bastante tarde. Sin duda, por momentos como estos es por lo que merece la pena este deporte, y hacerlo en este gran club al que pertenezco, CLUB DEPORTIVO NAVALMARATON.
Relajándonos después de la carrera
Es el momento de salir a entrenar buscando mantener la forma, y cuando el calor lo permita, que en nuestra tierra van a ser pocas jornadas en este verano, apretar un poco más, para llegar a primeros de septiembre con un buen fondo que permita afrontar empresas más exigentes. En agosto toca vacaciones, habrá más tiempo para entrenar.
Ya se irá viendo.
Siguiendo con la práctica iniciada en esta mi reincorporación al atletismo popular, cada vez que subo una crónica, subo un vídeo de la música que suelo escuchar cuando voy a entrenar. En esta ocasión os dejo un grupo algo más movido, MAREA, que descubrí relativamente hace poco. La canción que subo es OJALÁ ME QUIERAS LIBRE, de su último trabajo, "En mi hambre mando yo". Este es el enlace.

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