viernes, 23 de marzo de 2012

FELICIDADES

Felicidades a aquellos que logran todo lo que se proponen, aunque consigan, o intenten conseguir, hundir a los demás.

Felicidades, porque hoy, desgraciadamente, la maldad, la mala idea, la venganza, el odio, parecen ser las únicas monedas de curso legal hoy en día.
Felicidades porque derribar, abatir, a una persona, a una familia, con todo lo que eso conlleva es un esfuerzo que merece una gran “recompensa”, que permita a sus autores dormir plácidamente, descansar y sentirse mejores personas.
Felicidades, porque dentro de su “buen” hacer, de las armas empleadas en su estrategia, hay una razón que prima por encima de todas, la cobardía, porque sí, hay que ser cobarde, rastrero y mezquino, cuando uno no es capaz de hacer una cosa por sí solo, y no sabe asumir los riesgos que pueda conllevar una actuación, necesita componer un entramado, en el que sentirse protegido, en una red, perfectamente organizada y estructurada, con la única y abyecta idea de destrozar una vida, una situación, sin mancharse las manos.
Felicidades, también, a aquellos que, teniendo posibilidad de denuncia, de apoyo, de protección, son más viles que Poncio Pilatos y miran para otro lado, negando la mayor cuantas veces haga falta, aunque, a veces, se pudiese desear que ellos viviesen, aunque fuese solo una décima parte de lo que sufren otros.
Felicidades a aquellos que son capaces de montar historias, de creérselas ellos mismos y de propagarlas por todos lados.
Felicidades a todo aquel o aquella que piensa o ha llegado a pensar, alguna vez, que todo lo que ocurre a una persona es, únicamente, fruto de su imaginación, de su cabeza, y así lo defienden, sin más argumentos.
Felicidades a todos aquellos que ante esta situación y para evitar críticas de los enemigos, dan la espalda a quien sufre los problemas, e ignoran, siquiera, conocer a la persona en cuestión.
En resumen, decir que, a pesar de todo, de todos, a pesar de que la mentira, por ahora, triunfa, hay que felicitar a quien sufre esta situación, porque mientras estos hechos sigan sucediendo, significa que aún sigue vivo, y sigue siendo motivo de importancia para el enemigo. Y es que, como recoge el dicho, “ladran luego cabalgamos”.

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