lunes, 10 de septiembre de 2012

X CARRERA POPULAR DE PERALEDA DE LA MATA (8 de septiembre de 2012)

Ha sido un verano largo, caluroso, con momentos en los que he llegado a pensar en abandonar esta afición mía de correr, porque ya son más de doce años peleando con el asfalto, con el aire, el agua, el frío. En los entrenamientos no conseguía avanzar adecuadamente, porque las sensaciones, cuando afrontaba los entrenos, no eran las mejores, porque la capacidad de sufrimiento no la encontraba por ningún lado, porque había días en los que pensaba que lo mejor era no salir. No era capaz de enlazar dos días seguidos de buenos entrenamientos, sino era cuando menos regular, el siguiente ya era malo; y a todo esto, viendo que las piernas solo entran en acción cuando llevaba cerca de quince minutos corriendo.
Para rematar el mes de julio, me tuvieron que sacar esa muela que me estuvo trastocando parte de mi primavera de competiciones, y vuelta al dique seco, una semana sin poder entrenar, así que volver a engancharse otra vez se convertía en un nuevo reto.
A pesar de no haber realizado demasiados excesos alimentarios, y haber entrenado con cierta asiduidad, he descansado, tal vez, demasiado, aprovechando mi mes de vacaciones de agosto, y he cogido unos kilos, de los que no parece que me vaya a desprender de forma fácil, y un cuerpo ancho requiere más esfuerzos.
Pero, tal vez, mi terquedad, mi casi obligación de salir, ha sido la que hasta el día de hoy me ha llevado a seguir corriendo, a seguir entrenando, persiguiendo alcanzar una buena forma para afrontar los retos que en el otoño y en el invierno se presentan. Nuevos medios maratones, tal vez el maratón de Valencia, o si no, en el ocaso de la temporada, allá por el mes de abril, afrontar el maratón de Madrid.
Julián me ha dicho más de una vez que le acompañase a correr carreras del Circuito de la Vera, pero yo siempre le respondía lo mismo, en junio y julio no compito, empiezo a competir en agosto.

Pero este año, ni en agosto he corrido, sencillamente, porque no ha habido pruebas para participar. La única que se presentaba cercana, el cross urbano de Romangordo, en el que suelo participar habitualmente, este año ha sufrido los ataques de la crisis, y se hizo una edición más enfocada al punto de vista local, y se celebró en viernes, por lo que, quizás, por algo de temor, por pocas ganas, decidí no participar. Quién sabe lo que hubiese hecho.
Después de esto, me marché fuera unos días, a tierras navarras, y allí entrené algunas jornadas; aunque al principio me costó empezar, al final conseguí terminar con sensaciones más positivas e, incluso, con ganas de correr.
Para inaugurar el mes de septiembre, aparece la milla de Almaraz, a la que llevaba asistiendo desde el año 2001, de forma ininterrumpida, y en este año no pude asistir, porque mi prima decidió pasar por la vicaría esa misma tarde, así que nada de correr, y licencia para festejar.
Pero ya llegaba el momento de participar en una prueba, y apareció la prueba a la que también llevo participando seis años consecutivos, la Carrera Popular de Peraleda, que este año celebraba su décima edición.
Con pocas ganas, con las piernas algo cansadas, me levanté esa mañana, pero, al final, decidí asistir a la carrera. Allí empecé a vivir el ambiente de las carreras populares, a sentir los nervios de un reto, que aunque corto en kilómetros, siempre es interesante; saludos con los conocidos de todos los años. Sensación de bochorno, calor, y mi amigo Javi, me dice que han variado el circuito, que este año van a ser dos vueltas, de unos dos mil ochocientos metros cada una. Dice que es más duro que otros años. Tras haber calentado, para desentumecer las piernas, y con la camiseta impregnada de sudor, me marcho al arco de salida. Con estos ingredientes, calor y el respeto a un nuevo circuito, con nervios, comienza la carrera.
Pronto volteamos la iglesia, y avanzamos por la primera cuesta arriba, colocándonos ya en descenso. Salimos a la calle principal del pueblo, y ahí nos quedamos en un grupo de cuatro atletas, Susi, de Jaraiz, Elíseo, corredor local, Claudio, del Club Atletismo Almaraz y yo. Así vamos avanzando. Por delante, Marcial Cañadas, del C.D. Hispania. Vamos hasta el final de la calle, y giramos por el chiringuito. La calle pica hacia arriba. Nos pasa Antonio Serradilla, se queda Claudio. Salimos a un camino de tierra, que nos lleva al Cementerio, seguimos por el camino, y avanzamos hacia el asfalto; corto, pero duro repecho, nueva bajada, y de ahí volvemos a enganchar con el final habitual, unos trescientos metros que suben y suben sin parar.
Primera vuelta. Susi se ha marchado, me quedo con Eliseo, no se despega de mí. No sé si es de mi categoría, así que le tendré que intentar descolgar. Pero no parece fácil, se ha pegado a mi lado. Miro hacia atrás no veo a nadie. Vamos los dos solos, esto va a ser cosa nuestra. Giramos el chiringuito, y empieza el último kilómetro, intento no apurar al máximo, no me fío de mis piernas, tengo algo de temor. Así que seguimos emparejados. Giro hacia el camino de tierra, y vuelvo la vista atrás, ya veo más cerca de nosotros a algunos atletas; Susi, sigue delante a la misma distancia. Y salimos al asfalto, al repecho. Aguanto, Eliseo pegado, pero cuando empieza la bajada, cambio de ritmo, Eliseo se queda, y yo voy para adelante. Susi, parece inalcanzable, pero yo también parezco lejano a mis perseguidores. Aguanto, y avanzo hacia la meta. Ya me veo solo, y cruzo la línea de llegada. Beso al aire, en recuerdo a mi padre.
Miro mi reloj. Tiempo final 21:40. No han sido cinco kilómetros, han sido más. Cuando lo mido, al llegar a mi casa, la carrera está cerca de los 5.400 metros. Así que mi media por kilómetro, se va a los 4:03 minutos por cada mil metros. Un buen ritmo, teniendo en cuenta que el último millar de metros de cada vuelta es, básicamente, hacia arriba. En general, la prueba tiende más para arriba que para abajo. Intercambio de opiniones con los compañeros de carreras, saludos, y ahora a esperar a la entrega de trofeos, a ver si hemos pillado algo, yo creo que sí.
Cuando el último atleta cruza la meta, ya se cierran las clasificaciones. Pregunto, con mi compañero Javier Rodríguez, las posiciones, y me confirman que he sido segundo. Excelente resultado para ser la primera prueba de la temporada.
Subo al podio con Luis Miguel Martín, del E.A. Monfragüe, que ha sido el vencedor de la carrera, y tercero Claudio Velado, del C.A. Almaraz.
Desde luego, para todo lo que ha pasado por mi cabeza este verano, obtener este resultado es, sin duda, alguna, un aldabonazo para mi moral, atacada por muchos frentes. Ahora, próximo objetivo, inscribirme en un medio maratón, y conseguir hacerlo con buenas sensaciones, obtener un buen resultado, y borrar así las sensaciones con las que acabé mi última prueba.
Este mes, acumulación de kilómetros para poder alcanzar una buena forma, antes de que llegue el mes de octubre, de cara a atacar la prueba de los cuarenta y dos kilómetros con ciertas garantías.

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