miércoles, 15 de noviembre de 2017

FAMILY RACE OPORTO


En la Feria del Corredor
Tras la exitosa, al menos para mí, participación en el XI MEDIO MARATON RIBEROS DEL TAJO, del pasado domingo, este fin de semana pasado, me desplacé con mi mujer, y varios compañeros a la ciudad de Oporto, para pasar un gran fin de semana de turismo y deporte, y es que formar parte del Club Deportivo Navalmaraton posibilita viajes en compañía, muy agradable, y, de paso, practicar nuestra afición.
En esta ocasión, había dos pruebas, el Maratón de Oporto, la prueba reina, de 42.195 metros, y otra la denominada FAMILY RACE, de quince kilómetros.
Como quiera que actualmente he dado la espalda al maratón, opté por inscribirme a la segunda de las carreras.
En lo que a mí respecta, salimos el viernes, junto con el amigo Carlos Valentín, en un día lluvioso, que bien hace falta, transitando, tras pasar la frontera, por zonas donde se cebaron los incendios forestales del pasado mes de octubre, quedando un paisaje desolado, observando cuanto mal podemos hacer las personas por el simple hecho de hacerlo.
Llegamos a la ciudad portuguesa y nos acercamos a la Feria del Corredor a recoger los dorsales y la bolsa del corredor. En mi caso, un bolsa saco, braga cuello, y una camiseta, para los maratonianos una mochila y camiseta, más braga de cuello.
Dimos nuestro primer garbeo por la zona del río Duero, Douro en portugués, pasando por el puente de Luis I, diseñado por Gustave Eiffel, y yendo por la zona de las bodegas, para terminar en una agradable cena y de ahí al hotel.
El sábado era el día dedicado íntegramente al turismo, y a esperar que los demás compañeros se fueran incorporando al grupo. Intentamos ir a ver la librería que se ha hecho famosa por la escalera donde se rodó una de las escenas de una de las películas de Harry Potter; pero digo que intentamos, porque había tanta gente esperando para hacer lo mismo, que desechamos la idea. Al poco llegaron Carlos Tapia y Rubén, y el grupo fue creciendo, pasando de cuatro a ocho personas. Compartimos mesa, mantel y anécdotas varias, para seguir, posteriormente, haciendo algo más de turismo. Y ya, cuando la noche caía sobre la ciudad lusa, llegó el resto de la expedición, Antonio, Joseki, Luci y Ana, completándose el grupo y llegando a la docena. Terminamos con la cena, y tras ello al hotel, ya que a la mañana siguiente había que levantarse sobre las siete de la mañana.
De turismo
Y amaneció la mañana de la carrera, que vestía con sol, y algo fresca. Tras el desayuno y las fotos de rigor, nos fuimos a la zona de salida, situada en el Parque da Cidade, en la zona de Matosinhos, lugar donde está situado el puerto. Tras entregar la bolsa en el ropero, nos fuimos para colocarnos para aprestarnos a correr. Pero nos quedamos situados demasiado lejos del arco de salida. Éramos casi quince mil los corredores inscritos para las dos pruebas, la de maratón y la de quince kilómetros, y salíamos todos a la vez, por lo que había muchísima gente.
Se da la salida, y al trote, porque no fue corriendo, cruzamos la línea de salida, con casi cuatro minutos de retraso. Correr en estas condiciones es misión casi imposible, tienes que ir haciendo eses, buscando huecos, adelantando a aquellos que van más despacio, y que se colocan delante, lo que entorpece mucho la carrera de los que queremos correr. Vamos Carlos y yo juntos, intentando no perdernos de vista, subiéndonos a aceras, adelantando por la derecha, por la izquierda. Pasamos el primer kilómetro en unos desesperantes 5:25. A pesar de la multitudinaria salida, en las calles por donde transcurre la carrera, hay bastantes coches aparcados, lo que puede constituir un peligro, para la carrera. Seguimos corriendo como podemos, y los dos mil metros los pasamos en diez minutos. Vamos rodeando el parque, y nos meten por calles que se estrechan, lo que dificulta todavía más el correr. Pasamos por el kilómetro cuatro, tramo de ida y vuelta, y se ven a los primeros corredores del maratón y del quince mil, casi todos africanos, y algún portugués. Al venir pocos corredores, empiezo a adelantar a participantes por el carril de vuelta, hasta que llegamos a la rotonda, y te tienes que volver a meter en nuestro lugar, al redil. 
En el Hotel, antes de irnos para la salida
Vamos ya por el kilómetro 5, avituallamiento, botella de agua, que bebo casi entera, y da la sensación de que no hemos avanzado, porque aún no hay ritmo. Ahora giramos para la zona del puerto, en la que la carretera exige un poco más a las piernas porque mira hacia arriba. Hemos pasado al globo de las 4:15, después al de las 4:00 horas. Y no paramos de adelantar. La carrera continúa, vadeando de un lado a otro, buscando los huecos, las formas de pasar, de adelantar corredores, encuentras huecos y te animas, pero al momento aparece un nuevo tapón. Giramos en la zona más alejada de la zona de salida, dejando atrás el kilómetro 8, y desandando todo lo que hemos hecho antes; al girar vemos a Ruben, Ana y Luci, y seguimos corriendo, paso por el kilómetro 9, vamos acercándonos a la zona de salida. Dejamos atrás el kilómetro 10, que lo pasamos en 0:46:34, nuevo avituallamiento. Pasamos por el arco de salida y vamos buscando el kilómetro 11, situado cerca de la rotonda del Parque Automóvel do C. Queijo, y nos vamos acercando al momento en que nos separaremos de los maratonianos. 
Es el momento en que nos separamos, cuando casi alcanzamos al globo de las tres horas y media, y en ese momento he perdido de vista a Carlos, así que sigo hacia delante, aquí ya no hay casi nadie, empiezo a correr, a ver corredores en la lejanía, que cada vez quedan más cerca. Estoy en la Avenida de Boavista, que mira hacia arriba, adelanto a una chica rubia, y a más corredores, quedándome solo. Realizo el giro de 180º y empiezo a correr en un tramo descendente; observo que saco una cierta ventaja a Carlos, y ya decido no detenerme.
Noto, cuando llego a la rotonda, que la chica rubia me ha alcanzado y se queda detrás de mí, mientras voy adelantando a más corredores, entre ellos a varias chicas, paso por el kilómetro catorce, solo quedan mil metros, esto ya está hecho, hay que seguir, giro a la derecha, y una cuesta larga nos va a llevar al interior del parque, donde está situada la zona de meta. Es el momento de agachar la cabeza, y de apretar los dientes para subir. Entramos en el interior del parque, y en este momento, la chica acelera y me deja atrás. La he llevado casi dos kilómetros y me deja ahora en los últimos metros.
Dos giros en el interior del parque y aparece el arco de meta. Me marca 1:12, pero mi tiempo neto, es decir el realizado desde el paso por el arco de salida y el de meta, es de 1:08:06, a un ritmo de 4:30 el kilómetro, algo así como un entrenamiento de calidad. Los últimos kilómetros los he realizado a ritmo de 4:06/4:07, que era la idea para toda la carrera, pero la imposibilidad era total.
Llegando a la meta
Después llega Carlos, y juntos, posteriormente, Rubén, Ana y Lucía. De allí, tras recoger nuestra bolsa, nuestra ropa y la medalla, nos marchamos al hotel, para ducharnos y esperar a los maratonianos. En 3:42 llega Joseki, que debuta en la distancia, acompañado por el maestro, Antonio Serradilla. Y en 4:42, lo hace un agotado Carlos Tapia, que ha realizado la burrada de dos maratones en tres semanas, y lo ha pagado en esta ocasión. Aún así, un aplauso por su valentía.
Tras esto compartimos una comida todos los miembros del club, y después fuimos abandonando la ciudad portuguesa, con destino a nuestros domicilios, dando fin a un fantástico fin de semana, que esperamos repetir, nuevamente, en Sevilla, allá por el mes de enero.
Al final, terminé en el puesto 246 de un total de 2.852 llegados a meta. Una buena posición, pero hubiera sido mejor, y sobre todo la marca, si hubiese habido más posibilidades de correr.
Próxima competición, este domingo en la población de Trujillo, en el V MEDIO MARATON DE TRUJILLO, donde espero continuar con mi progresión, de lo que os daré cuenta.
Aquí os dejo una canción de uno de los grupos que más me ha gustado siempre, HEROES DEL SILENCIO, en concreto, la titulada HEROE DE LEYENDA.

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