En la I FOOD MAN RACE |
El domingo día 29 de octubre di comienzo a una nueva
temporada de Medios maratones con mi participación en el XII MEDIO MARATON RIBEROS DEL TAJO, que une las localidades de Malpartida de
Plasencia y Villarreal de San Carlos, en
el corazón del Parque Nacional de Monfragüe, máximo exponente del bosque
mediterráneo.
Pero antes de empezar con la crónica, quiero agradecer a
Raúl Bonilla, gerente de la Empresa SWL, su invitación para tomar parte en la I
FOOD MAN RACE, que tuvo lugar el pasado día 14 de octubre, en Cáceres. Prueba
original, pero que fue torpedeada por las instituciones locales, ya que
programaron una carrera a la misma hora en la ciudad, además de maniobras
torticeras de determinadas entidades para que gente que estaba inscrita no
participase. Espero volver al año que viene, y que la prueba se desarrolle de
forma normal.
Con los compañeros, antes de comenzar |
Pero vamos al Medio Maratón. Daba la casualidad de que se
trata de la misma competición en la que arranqué mi temporada pasada,
reaparición tras mi accidente que me tuvo parado más de seis meses. Pero si en
aquella ocasión las dudas eran muchas, porque llevaba mucho tiempo sin correr,
y porque era una distancia a la que tenía respeto, y llegaba aún con muchas
carencias en mi preparación, en esta ocasión, llegaba con más moral, más en
forma, más dispuesto a pelear y a conseguir terminar con un buen crono.
Y así amaneció una mañana, con el cambio horario, que
aventuraba una jornada de calor, para pelear por un trazado por carretera, sin
apenas lugares para resguardarse del astro rey.
Y hasta Malpartida nos encaminamos nueve de los miembros (y
miembras) del Club Navalmaraton, para intentar lograr nuestros objetivos.
Llegamos con bastante antelación, lo que nos permitió ir a
ver como comenzaba la novedosa prueba de patines en línea que se ponía en liza
esa mañana. Cerca de un centenar de patinadores iban a enfrentarse al mismo
recorrido que los corredores, pero saliendo una hora antes. Como dato, decir
que el vencedor completó los 21.097 metros en poco más de 35 minutos.
Poco a poco iban llegando los corredores al Pabellón, donde
se entregaban los dorsales, y donde
procedíamos a cambiarnos, a darnos los ungüentos, a pasar por el servicio, y
tras calentar un poco, nos encaminamos al lugar de salida. En esta ocasión se
celebraron hasta cuatro carreras de forma simultánea, una de 5 km., otra de 10
km., otra de 14 km., y, definitivamente, el medio maratón, dando comienzo todas
a la misma hora desde diversos puntos del recorrido. A mi entender, demasiadas
carreras, ya que esas tres pruebas, al margen del Medio Maratón, tuvieron poca
participación por separado, y creo que si se hubiese hecho una sola de diez
kilómetros, más el medio maratón, hubiese tenido mucho más lustre, porque
habría mejor participación. Quizás haya que reflexionar, aunque también es
cierto que solo se equivoca el que arriesga.
Por el kilómetro doce (o por ahí) |
Pero bueno, vamos a la carrera propiamente dicha, que
comenzaba a las diez y media, con más de doscientos participantes. Se da la
salida, con algo de retraso, por la coordinación entre todas las carreras, y
damos los primeros zapatazos, en un recorrido que en los primeros kilómetros se
hacen, casi siempre, en bajada, con alguna subida. Es esta una carrera que se
desarrolla sobre un perfil que aún no siendo complicado, tampoco es fácil,
porque nunca va en llano, siempre mira hacia arriba o hacia abajo, por lo que
te pide prudencia en muchos momentos.
Vamos saliendo del pueblo, tras pasar el primer kilómetro en
4:05. Por delante va Antonio Serradilla, a mi lado se pone Pacheco y empiezan
los tramos que van en descenso, lo que se nota en el segundo kilómetro. A
partir de este punto voy a compartir un tiempo con Pucho y Rubén, que van a
buen ritmo, y yo manteniendo detrás de ellos, aunque cuando la carretera se
empina, me dejo caer un poco, y en las bajadas me suelo acercar a ellos.
Pasamos por el kilómetro cinco, en una zona, donde ya algunos tramos son para
arriba. Llegando el kilómetro seis, me descuelgo de mis circunstanciales
compañeros de carrera, y me pongo mi ritmo. Vamos abandonando este tramo de
carretera estrecha, para salir a la Nacional, que será ya por donde se va a
desarrollar todo el resto de la carrera.
Pasamos a la altura del camping, y tras pasar el puente de
la autovía, está situado el kilómetro 7, que lo hago en 29:31, es decir, un
excelente ritmo, que me llevaría a 1:28 en meta. Pero aquí comienza una de las
partes que pueden sepultar una buena carrera. Un tramo, largo, cansino, de tres
kilómetros, sin apenas descanso, que siempre mira hacia arriba. Los corredores
vamos ya, prácticamente, en fila de a uno, mientras que los coches que van por
el carril derecho nos van animando, y algunos, como Salva, nos van haciendo
fotos.
En el kilómetro 9 me adelanta un corredor con una camiseta
de San Esteban del Valle, que me pregunta cuánto falta para terminar la subida,
y le aventuro que hasta el diez no va a bajar algo el perfil. El gps va
marcando los kilómetros, casi al mismo paso por los carteles que señalan los
kilómetros.
En el kilómetro diez nuevo avituallamiento, y aquí somos
sorprendidos por la organización, ya que en vez de dar las botellas de agua que
siempre se dan, nos dan unos vasos de plástico, que son imposibles de manejar
para poder beber en condiciones. Sin duda alguna, un importante lunar de la
organización, porque para tan pocos corredores,
y en un día que se sabía iba a ser caluroso, ahorrar en este punto no es
lo más adecuado, máxime cuando tenían que haber puesto algún avituallamiento
más. Pero es lo que hay, y más que beber, lo que haces es echarte el agua
encima.
Últimos kilómetros |
Llegando a la meta |
En este momento llega una chica de Coria, que pregunta qué
falta de dureza, y la digo que todavía no es el momento de lanzarse en barrena,
porque aún hay tramos que te van a frenar, y puedes pagarlo al final.
El calor ya es importante, aunque la brisa que sopla durante
toda la mañana, atenua los efectos del sol. Sigo a lo mío, adelanto aún a algún
corredor. Sigo alternando posiciones con el corredor de San Esteban del Valle.
Ya salimos al kilómetro 19, desde donde se adivina la zona de meta, y en
descenso pronunciado, por lo que los corredores vamos a tumba abierta. Ya hay
que darlo todo, no hay dejarse nada. Termina el descenso en el giro para ir
hacia Villarreal de San Carlos, donde está el kilómetro 20. Poco queda por
pelear, pero aún adelanto a otro corredor, la chica de Coria me deja atrás, el
de San Esteban también, cuando llegamos a la zona del helipuerto, lugar
tradicional de llegada en anteriores años, nos indican que sigamos de frente, esta
vez la carrera se acaba dentro de la aldea, lo que es de agradecer.
Aparece el arco de meta, un último apretón, y cruzo la meta
en 1:30:20, habiendo realizado los últimos siete kilómetros en un parcial de
29:19, excelente. Mi media en la prueba es de 4:16 el kilómetro.
Al final, muy contento con esta marca que me lleva a estar
cerca de mi objetivo, correr los medios maratones por debajo de la hora y
media. Se ha notado la mejoría, corro con más determinación, aún a pesar de
algunas molestias físicas que arrastro en la pierna izquierda.
También destacar las mejores marcas personales conseguidas
por David y Luci, y la subida al podio del incombustible Manolo Jabonero, que a
sus sesenta años, sigue marcando excelentes registros. Cruzaron la meta,
igualmente, y en este orden, además del mencionado Antonio, Agustín, Santi,
Javier y Ana
Por otra parte Neroy quedó en quinta posición en la carrera
de diez kilómetros, demostrando un gran nivel competitivo, al hacer la
distancia en menos de cuarenta minutos, por debajo de cuatro minutos cada mil.
El reflejo del esfuerzo |
En esta prueba he sido el primero en llegar de los nueve
corredores del club que han participado en la prueba de los veintiún
kilómetros, haciéndolo en el puesto 55 de los 233 llegados a meta. En cuanto a
mi categoría he quedado en el puesto 21, pero claro hay que decir que la
configuración de categorías que se han hecho en esta prueba, nos han agrupado
en la categoría Veterano B, de 40 a 49 años, por lo que no hay nada que hacer,
ya que no es lo mismo pasar los cuarenta, que estar cerca de la cincuentena. Mi
opinión en este aspecto, es que si la prueba está incluida en el Circuito de la
Junta de Extremadura, con jueces de la Federación Extremeña de Atletismo, por
forma parte del calendario federativo, se deberían respetar las categorías.
Pero no es la única carrera del circuito donde esto ocurre. Sería conveniente
una regulación seria al respecto, como ya hice notar en una de las últimas
reuniones de organización del Circuito de Medios Maratones, en la Dirección
General de Deportes.
Próxima parada, será el próximo domingo en Oporto
(Portugal), donde algunos compañeros participarán en el Maratón, mientras que
otros participaremos en la llamada Family Race, carrera de quince kilómetros.
Ya os contaré.
En esta ocasión, os dejo una canción del nuevo disco de
Bunbury, que acaba de publicar, denominado “EXPECTATIVAS”. En mi opinión, un
gran trabajo. El tema que os dejo es “En bandeja de plata”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario