domingo, 15 de mayo de 2011

7 Y 8 DE MAYO DE 2011

Intenso fin de semana el que he vivido, con dos carreras, en un intervalo de quince horas. Las voy a narrar por separado.


I CARRERA HISPANO LUSA TAJO-TEJO
El sábado por la tarde, se celebraba en Talavera de la Reina (Toledo), la I Carrera Hispano Lusa Tajo-Tejo, montada como un homenaje al río Tajo, en sus dos acepciones, la española y la portuguesa. La carrera, además, tenía el aliciente que se iba a transitar por el nuevo puente que se ha erigido sobre la ciudad, con motivo de las obras de la circunvalación sur, y tenía una distancia de diez mil metros, una buena distancia con intención de marcar un buen ritmo.
Hasta allí me encaminé. Ya estaba vestido para la carrera, perfectamente uniformado, con mi indumentaria rojigualda de Navalmaraton, e iba andando por la acera con mi mujer, cuando no vi un mástil, muy fino que sujetaba unas marquesinas que adornan la entrada a la Institución Ferial de Talavera, y di con todo mi cuerpo en el suelo, haciéndome una herida en la rodilla izquierda; a pesar del intenso dolor, ví que podía correr y pude tomar la salida. Minuto de silencio, emotivo, en honor a Severiano Ballesteros, y después pistoletazo de salida. La carrera salió lanzada, yo me sentía bien, y me metí a la cola de un grupo que llevaba buen ritmo; ahora teníamos que girar a la derecha, hacia la Avenida de Madrid, buscando el nuevo puente, pero no, llegamos y giramos a la izquierda, dirección Avda. Castilla La Mancha, por la plaza de Toros, será que el recorrido es al revés de cómo yo lo pensaba. Salimos por la Ronda del Cañillo, Avda. de la Real Fabrica de Seda, siempre paralelo al río. Km. 1, 3:49, muy bien, km. 2, 7:52, esto no va nada mal.
Me adelanta un chaval, y me pongo a su lado, parece que es buena compañía, km. 3, 12:13, ya se va el reloj, algo va fallando, giramos sobre la rotonda, y volvemos por la misma Avenida, para entrar por el Puente Metálico; allí hay una pareja de recién casados haciéndose las fotos, después de haberse dado el sí quiero, que tengan suerte en su relación. Ya voy notando que esta carrera se me va a hacer larga, no voy fluido. Pasamos al otro lado del río, vamos por la C/ Mira al río, y después de dejar el asfalto transitamos por un camino de tierra, que nos lleva dirección al Parque de los Sifones; una pequeña cuesta, pero para mí parece un puerto de primera, lo supero y entramos en el parque. Una vuelta por todo el recinto, un ir y venir; todos los caminos de tierra, bien cuidados, un buen sitio para entrenar. Km. 5, 20:43, llegamos al avituallamiento, una botella de agua; bebo, dos o tres sorbos, y a seguir. Salimos del parque por el mismo vial pero un poco más adelante.
Ahora vamos buscando el puente romano. Lo pasamos, me sigue adelantando gente, ya me da igual; habría querido pararme, pero no me encuentro bien ubicado, y si me retiro tardaría más en llegar a la meta, andando que corriendo, así que me decido en seguir. Salimos del puente y volvemos por el paseo junto al río, pero por debajo de la carretera, transito cerca de la pared. Parece que voy algo más fino, y salimos otra vez hacia la Avenida. Km. 7, este le he hecho en 5:08. No lo veo normal, porque el anterior lo he marcado en 3:52; como casi siempre, hay error en los puntos kilométricos. Ya estamos otra vez en la Avda. de la Fabrica de Sedas, dirección a la Meta, vamos por la Ronda del Cañillo, kilómetro 8, Plaza de Toros, Km. 9, 38’09”. Acabaré en 42:30, aproximadamente. Ya cojo la calle dirección a la FIAGA, y de allí para la meta. Delante de mí van tres atletas, en fila india, no tengo fuerzas para ir a por ellos, así que me dejo llevar. Entro en la pista de atletismo, ánimos de mi mujer, de mis hijos, ya acabo. Se terminó. Tiempo de 42:16, un tiempo flojo, y unas malas sensaciones. Con estos pergeños, mañana no me presento en Jarandilla.

Voy para la ducha, y allí intercambiando palabras con un miembro del Club organizador, nos dice, a mi comentario sobre el no pasar por el puente nuevo, nos comenta que es por motivos políticos, ya que al estar las elecciones municipales en el candelero, se puede considerar un acto electoralista, y han tenido que cambiar todo el recorrido y que, además, tiene como mínimo 10.200 metros, así que el tiempo se torna algo mejor, pero la sensaciones siguen siendo las mismas.

II CROSS VIRGEN DEL SOPETRAN
Domingo 9:25 horas de la mañana, tirado en la cama, no se si ir a Jarandilla, llevo un tiempo dándole vueltas en la cama, dudando si asistir o no. Suena el teléfono móvil, es Juli que me dice que él va a ir a correr, para que me vaya con él. No tenía ninguna intención de ir, pero al final voy. Desayuno rápidamente y en diez minutos estoy ya montado en el coche.
Allí, en la localidad verata, va a tener lugar la II edición del Cross Virgen del Sopetrán, que organiza el Club Atletismo Puente Parral de la población. Se trata una prueba de unos 10 km, que se disputa por caminos, con algunas subidas y bajadas.
Llegamos los dos, nos dan el dorsal, y nos vamos para el coche a cambiarnos. Posteriormente, intercambio de pareceres con otros corredores que ya conocemos de otras batallas deportivas libradas, y algunos advierten que la prueba es bastante dura; unas carreras de calentamiento, unos estiramientos, nos dirigimos a la salida. No hay vuelta atrás. Se da la salida. Empezamos bajando una calle muy empinada, con una torrentera en el centro, que te hace ir con cuidado, por donde metes el pie; un pequeño repecho, y giramos a la derecha. Voy tranquilo, y entro en una senda de bajada, llena de piedras, de rollos, con un mal andar, y un peor correr; tengo que ir frenándome y mirando para no caer, de hecho me llevo un susto al dar un mal salto, pero es eso, un susto. Salimos al Puente del Parral, cruzamos y empezamos a subir. Parece que se sube bien, hacemos un giro de 180º, para que hablo, ahora se declara la guerra.
Delante de nosotros hay un camino, por llamarle de forma amable, ya que es una vereda, una trocha, llena de piedras, sitios de difícil pisar, y encima, empinada. Se empieza a complicar el recorrido y echo el pie a tierra. Voy andando, los que van delante de mí, hacen también lo mismo, y los que van por detrás igual. Sigo avanzando, unas veces corriendo, otras andando. Tengo que ir abriéndome paso entre los matorrales, que se entrometen en la senda, para que no te den en la cara, y es que con las lluvias caídas durante todo el invierno el monte se ha llenado de esplendor, y estamos en plena primavera. Esto es una aventura.
Desde luego este tipo de carreras tendrán muchos seguidores, pero yo no soy uno de ellos, a mi me gusta competir en el asfalto. Para mí, estas carreras, suponen un gran suplicio y lo paso fatal, porque tengo que mirar para abajo, para no resbalarme, para no torcerme un tobillo, y además hay que bajar con una pericia que a mí me falta. Aparte que con mi peso, subir se me hace fatigoso y complejo.
Sigo subiendo, parece que el recorrido se va ya aclarando y puede uno ir corriendo, me adelantan cuando me pongo a andar, adelanto cuando me pongo a correr.
Coronamos la subida, parece que lo más difícil se ha acabado, las vistas desde aquí son impresionantes, se ve Jarandilla, Guijo, la sierra, pero a lo nuestro, a correr; ahora en la bajada, podré empezar a recuperar todo lo que he perdido subiendo. Alcanzo a uno le digo que ahora viene la bajada, que la conozco porque es la subida de la Media, y me dice que sí, pero también me advierte que es peor que subirla; empezamos el descenso y descubro cuánta razón tiene, hay que ir sorteando piedras, zanjas, hierbas. Hay que frenarse porque la inercia te lleva como una bola de nieve. En más de una ocasión tengo la sensación de resbalarme, por lo que me lo voy pensando un poco más. Algunos bajan como si no hubiera piedras, parece que es fácil, según los ves, ahora si se llegan a resbalar, el golpetazo será flojo, pero allá ellos. Ya va quedando menos de esta carrera de obstáculos.
Terminamos toda esta senda y salimos a la pista de tierra, bien alisada, y que permite correr, así que me lanzo a tumba abierta, a correr, con alegría, alcanzo a algunos corredores, esto va mejor, pero llega una pequeña cuesta, y ya no sé si es el cansancio psicológico o el físico, el caso es que me pongo a andar los veinte o treinta metros que tiene, lo supero y vuelvo a correr; ya oigo el rumor del agua, y aparece el Puente Parral, giramos a la derecha, y nos indica uno de la organización que hay que subir por el camino de piedras. Llego, eso no es un camino, es un reguero de piedras puestas sobre un camino, cuando lo encaro no veo el final, así que pies a tierra, y a subir andando, cuando me voy acercando a su término, veo que hay un señor haciendo fotos, me pongo a correr y le digo que me tire una foto en la que salga guapo, ya veremos como salgo. Entramos en una senda de tierra, más llana y llego a un cruce en el que no hay nadie, miro a la derecha, se corta el camino, así que tendrá que ser a la izquierda, además es asfalto, por lo que me tiro por ahí, es correcta la opción. Ya entramos en el pueblo, paso por delante del Puta Parió, y a la meta, tiempo final 50:33. Muy mal tiempo, o bueno, quién sabe. Este tipo de carreras, sin kilómetros marcados, y sin una distancia concreta y exacta, no te dan la seguridad de lo qué has hecho.
Lo único que puedo decir después de terminar es que esta carrera la he corrido, pero creo que tardaré en volver a hacerla, porque no son para mí. De hecho si he corrido la Media de Jarandilla, hasta en seis ocasiones, ha sido porque la organiza Boni, porque sufro en demasía en este tipo de circuitos y, porque vista esta carrera, es más cómoda la Media, ya que una vez que se pasa el tramo que hoy hemos hecho de bajada, y que se hace subiendo, de unos cuatro kilómetros, el resto se hace de forma más sencilla, aunque sea fatigosa igualmente.

RESUMEN
He realizado dos carreras en menos de quince horas, las piernas no están cansadas, no notan el esfuerzo, pero si es cierto que en carrera tampoco dan mucho más, ya he llegado al límite, y para mí esta temporada ya se ha acabado. No sé si físicamente pudiera dar más, pero psicológicamente ya necesito un descanso.
Una temporada que puedo considerar muy buena, con un maratón, hecho en 3 horas 3 minutos, un marcón, y ocho medios maratones, siete de ellos por debajo de la hora y media, mientras que la otra, la de Jarandilla, que no tiene nada ver, por encima de los noventa minutos. De todas las formas, tengo que agradecer a la prueba verata el hecho de que no conseguir un buen resultado, me hizo trabajar con más ahínco, y eso se notó posteriormente. Con todo lo anterior, a esto hay que sumar, con las de este fin de semana, un total de 9 carreras de distinto metraje.

Ya es hora de descansar un poquito, saldré a correr algún día, pero sin prisa, poco tiempo, para no perder fondo de cara a la marcha de la jornada de convivencia, después reposo total, y afrontar la nueva temporada a partir del mes de julio, con nuevos proyectos y nuevos alicientes.

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