miércoles, 9 de enero de 2013

V SAN SILVESTRE JARAICEÑA

Mi mujer en el podio

Último día del año y una prueba más por hacer, y allí me fui, con toda la familia. Esta vez el destino, Jaraiz de la Vera, donde se celebraba la quinta edición de la San Silvestre. Siempre había elegido el ambiente de Talavera de la Reina, con los más de mil quinientos corredores en la salida, pero esta vez decidí cambiar el lugar de destino, y opté por Jaraíz; mi esposa tenía ganas de ir hasta allí, y hasta la localidad verata nos acercamos los cuatro miembros de la familia, ya que todos íbamos a participar.
Después de comer y sin apenas tiempo de recoger la mesa y reposar la comida, nos embarcamos en el coche para desplazarnos a la localidad jaraiceña. Nos acompañaba Zakarias, amigo de mi hijo Víctor, ducho en esto del atletismo y con participaciones en campeonatos nacionales en su franja de edad. Un buen elemento.
La tarde era fría, el sol no se veía y amenazaba lluvia. Tras inscribirnos y los saludos con los amigos del C.D. Lanchacabrera, con Jesús, Juanjo, Germán, Susi, me encuentro con otros compañeros de fatigas, Dionisio, Antonio, Juan Pedro.
A las cuatro y media se da la salida a la primera de las pruebas, la de los más pequeños, las categorías mini y benjamín. La salida, en esta categoría, rápida, todos salen desenfocados, buscando terminar cuanto antes; y es que la energía de los más pequeños siempre está a tope. Cuando menos te lo esperas, los ha visto doblar una esquina, y ya están entrando en meta, todos pasan, contentos, riéndose, y reciben los regalos de la organización.
Tras esta carrera, ahora llega el turno de los alevines, que deben dar una vuelta más larga, en la que predomina una larga subida, por una calle, hasta que luego buscan la meta.
Y después, viene la de los infantiles, donde competirá mi hijo Víctor, junto con Zakarias. Deberán dar dos vueltas a este último circuito, con lo que mi hijo lo va a pasar regular, es un niño muy grande para su edad, y eso le cuesta, pero su tesón, sus ganas de correr, de terminar, de no parar, le van a hacer llegar a la meta. Por su parte Zakarias, acabará segundo, detrás de un corredor de la localidad.
¿Y Adrián?, el mayor de mis hijos ya es cadete, tiene 15 años y va a hacer el mismo recorrido que los absolutos y veteranos, es decir, el mismo que nosotros, pero solo va a dar una vuelta. Saldrá con nosotros, a ver qué tal se le da.
Nos ponemos todos en la línea de salida para la foto de familia, y al poco, Juanjo, el Presi, enciende la mecha del cohete, que está escondido en un árbol y va a significar la salida. Explota y todos a correr. Hay que hacer, muy pronto, una curva, y, como casi siempre, mala salida, me quedo pillado, tengo que andar con algo de cuidado para que no me pisen, para no tropezarme.

Con los amigos del C.D. Lanchacabrera
Ya puestos en línea recta, empiezo a adelantar a algún corredor, y ve que Susi y Marcos, están por delante de mí, ahora mismo son pocos metros, realmente los que hay de una buena a una regular salida como la mía. Enfilan la primera subida, la de la calle Mérida, tengo frío, las piernas no las noto con muchas fuerzas, supongo que el calor me irá llegando al cuerpo según avance la carrera. Subida por la Avda. de Garganta La Olla, otra cuesta, la más pronunciada del circuito, y ahí, alguno me adelanta. Mi peso hace que subir la cuesta no sea lo mejor para mí, y aparecemos en la Avda. del Matadero, ya estamos colocados, hay una ligera subida, más tendida, y tras terminar comienza el fuerte descenso hacia la Plaza, donde se dará el primer paso de la carrera. En este tramo me alcanza Germán, del Lanchacabrera, ¿tan bien irá? Pasamos por la plaza, con German precediéndome, viendo como Susi y Marcos se están alejando de mí, poco a poco.
Por detrás, Adrián acaba su vuelta, su carrera, bastante bien. Según me comentará después, ha estado muy cerca de mi hasta que ha llegado la primera cuesta gorda. Me ha estado viendo. Si te digo yo.
Vamos a por la segunda vuelta, Germán sigue delante, pero una vez volvemos a entrar en la Calle Mérida, le alcanzo y en la subida por la Avda. de Garganta pierde su particular apuesta, quedándose. Yo sigo por delante, y adelanto a algún corredor que, quizás, ha sido muy valiente, y está pagando su esfuerzo, pero Susi, sigue a lo suyo y cada vez está más lejos, ya está imposible pillarle. Ya tengo que acabar mi carrera. Nueva bajada, lanzado, buscando el segundo paso, y empezando el tercer y definitivo giro.
Voy a intentar encontrar unas mejores sensaciones. Veo que delante van dos chavales, a los que parece que estoy recortando distancia a cada zancada. Cuando comienzo la primera subida, los encuentro relativamente cerca, veremos a ver qué ocurre en las siguientes cuestas. Una vez que subo la Avda. de Garganta, observo que el recorte ha sido importante. Así que creo que en la siguiente podré con ellos. Cuando llego a la Avda. del Matadero, veo que los metros no son más de veinte, sigo a mi ritmo, pero sin cebarme, si están tocados, en la bajada caerán. Giramos a la izquierda, Calle Fontana, descenso a tumba abierta, y observo que se han recuperado, no les puedo coger; en esta persecución adelantamos a dos corredores más, pero me han ganado. Termino la carrera, con un tiempo de 17:28 para los 4.200 exigentes metros que ha tenido el circuito, a 4:09 el kilómetro.
Quizás si hubiese salido mejor, si me hubiese arriesgado en alguna de las subidas, hubiese mejorado mi marca; pero el frío me ha atenazado un poco, y el circuito, con tres subidas, casi seguidas, se me ha hecho un poco duro, ya que no tenía mucha recuperación.
Luego llega mi mujer, Mariví, y tras terminar todos los corredores, empieza la entrega de trofeos. Aquí el agua que amenazaba empieza a querer caer, aunque tímidamente, lo que no evita la ceremonia.
Mariví ha terminado tercera de su categoría y, por ello, sube al podio. Adrián y yo nos quedamos con la medalla de chocolate, porque hemos quedados cuartos en nuestras categorías. En mi caso, es lo que tiene que solo exista una categoría de veteranos.
En resumen, una carrera más a la saca, y a partir de esta carrera entrenamientos ya dirigidos al Medio Maratón de Getafe, con la intención, única, de bajar de la hora y treinta minutos; si las piernas me responden, si los entrenamientos salen bien, y las sensaciones son buenas, el desafío es factible.
Lo único que tengo son muchas dudas, porque no enlazo dos días seguidos de entrenamiento, con buenas sensaciones, y me está quedando bastante intranquilo. A ver qué ocurre a partir de ahora.

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