Este año se va acabando, esta temporada está llegando a su ecuador, una primera parte muy irregular para mí, alternando semanas de buenos entrenamientos, con kilómetros, con otras en las que ni siquiera llegué a salir. El cambio de horario en el trabajo, bueno los cambios, el traslado de domicilio, un gripazo del once, y la organización del Medio Maratón de Navalmoral, me han hecho no estar centrado en los entrenamientos.
Tan solo un Medio Maratón, el de Talavera de la Reina, y un diez mil en la misma localidad, ese es todo mi bagaje, mientras otros compañeros ya han hecho más medios maratones y han llegado a cruzar la meta de los 42.195 metros. Pero es lo que toca este año.
Así que, tras acabar la organización del Medio Maratón, es cuando me vuelvo a calzar las zapatillas y empiezo a salir a correr. Las piernas, el cuerpo no responde con soltura, pero deberá ser así.
Y en esta situación llega una nueva cita, tradicional para mí, la Carrera de Navidad de Almaraz, ya que últimamente no falto a ella. Esta vez iba sin presión, sin el peso por obtener una marca, un resultado, porque lo único que quería hacer era acabarla, con las mejores sensaciones posibles. Y hasta allí me encaminé.
La mañana era de muy buena temperatura, con un sol resplandeciente, así que toda la ropa que llevaba en previsión de que fuese fresca la jornada, se quedó en la mochila. Al salir a calentar, observo que hasta la camiseta que me pongo debajo de la de tirantes sobra igualmente.
Me encamino a calentar por el circuito en compañía de Javier y Antonio, quien se encuentra constipado, pero, este ni cojo abandona. Vamos por un circuito ya conocido por mí, pero bueno no está de más volverle a ver. En este trayecto voy viendo a muchos compañeros de carreras, gente que he conocido con el Medio Maratón, Bruno, Vitor, Raquel, Cristina, y tantos otros que conozco, que me conocen, así es este deporte. Ya está casi todo preparado, nos vamos dirigiendo a la salida, agolpándonos detrás de la línea que marca el inicio de la carrera. Allí esta Aziza, quien fue compañera de mi hijo, que ya es juvenil, y que va a hacer la misma distancia que los absolutas; como vamos creciendo todos. Ya estamos preparados, pistoletazo de salida y todos a correr.
Iniciamos la carrera, paso por la línea que será de meta, tras pasarla tres veces más. Somos muchos, algunos más lentos que yo por delante, a los que sobrepaso, otros más rápidos que yo, me adelantan. La verdad es que cuesta colocarse en una carrera de este tipo, corta, rápida. Antonio, que siempre hace una buena salida, se encuentra unos metros por delante, tiene que ser mi referencia. Pasamos por la contrameta, sigo adelantando, me adelantan. En este punto, un chico del C.A. Almaraz se retira con un fuerte dolor en la pierna, es una pena, todos los demás seguimos. En esta vuelta ya nos vamos colocando, cada uno en su puesto. Detrás Javier, ya me sé la historia.
Paso por la primera vuelta, y se ha estirado la carrera. Alcanzo a Dionisio, le adelanto. Antonio coge unos metros de diferencia. Javi se acerca y me dice que vayamos a por Antonio, acepto el reto y apretamos un poco, está cada vez más cerca, pero no le cogemos, va a ser difícil. Seguimos adelantando corredores, que van flaqueando, pero Serradilla sigue sin caer, es duro de roer. Javi se pone a mi altura, y pasamos por la meta, la segunda vuelta, estamos ante el último giro; seguimos a nuestro ritmo, me siento mejor de lo que yo esperaba.
Antonio está ahí, al lado, le enganchamos, ahora parece que sí, ya va quedando menos, nos acercamos a otro grupo de corredores, llegando a la parada de autobús, lugar que se estrecha, y solo permite entrar de uno en uno, Javier me adelanta, y se interponen dos chicos más, se provoca una ralentización del ritmo, y al salir de este taponamiento, nos encontramos con la bajada; con las fuerzas ya justas, unido al parón que supone el incidente anterior, se torna imposible alcanzar a Serradilla, aunque Javier sí lo consigue. Al final, dos corredores en medio, que tampoco he sido capaz de sobrepasar. Al final solo cinco segundos, esa es la diferencia entre Antonio y yo, dos más con Javier, mi tiempo final 15:16. No es buen crono, ya que mi mejor marca es 14:51.
Javier y yo tras terminar nos vamos a dar un par de vueltas para soltar las piernas, y cuando llegamos a la curva de acceso a la antigua Nacional V, vemos que hemos hecho más metros que los años anteriores, unos treinta o cuarenta metros por vuelta más, lo que al final lleva a unos 100-120 metros más en total, que pueden explicar la diferencia entre un tiempo y otro, por lo que cabría entender que hemos realizado el mismo tiempo que el pasado año, a una media de 3:49 el kilómetro.
En resumen, buenas sensaciones, en una carrera rápida, mejor de lo que yo esperaba. Próxima parada, una San Silvestre, el sitio, aún no lo sé, Jaraiz o Talavera, según pasen las horas, determinaré el lugar.
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